Lecturas recomendadas: «Nada se opone a la noche»

Novela autobiográfica y dura, en la que la escritora francesa reconstruye la compleja vida de su madre, tras encontrarla muerta. Es, por un lado, una novela sobre el difícil proceso de escribir,y por otro lado la historia de una vida bipolar que crea y destruye.

El libro que hoy les comento es una movilizante novela de Delphine De Vigan. Me interesa la obra y su autora. De Vigan utiliza en esta novela técnicas que coinciden con las de otro autor francés, también muy reconocido y vendido en todo el mundo. Me refiero a Emmanuel Carrère. Ambos se convierten, con nombre y apellido, en personajes de sus obras. No como meros testigos de los hechos, sino como protagonistas importantes de ellos.


“Nada se opone a la noche”, Anagrama 2012, comienza con una hija, en este caso Delphine De Vigan, que descubre a su madre muerta en la cama de su dormitorio en el departamento en el que vivía en un barrio de Paris. Tal es la posición del cuerpo, que la hija tarda unos cuantos minutos en descubrir que su madre ha muerto y algo más, en sospechar que se ha suicidado.

Después del lógico impacto inicial, Delphine se ocupa de avisar a su familia. Así pasan el funeral y los primeros días de duelo, y cuando su hijo menor le pregunta si la abuela se había suicidado, comienza a considerar la idea de buscar, a través de la escritura, a la madre de la misma forma que la recordaba.

De allí pasa a un plan más amplio, porque sabía que lo que su madre le decía era mitad verdad y mitad ficción, entonces pide a su hermana que grabe cassettes contándole cómo la recordaba, busca material en casa de su madre y lee obras de autores que habían escrito sobre el mismo tema. Esta es una línea del argumento, el proceso de la escritura que se irá alternando con distintas época de la vida de Lucile, no siempre en forma cronológica. Hay un ir y venir en el tiempo, según los distintos materiales que le van llegando.

Lucile Poirier, nacida en 1946 es la tercera de ocho hermanos, uno adoptado después de la muerte por accidente del cuarto hijo.


Los padres, George y Liane, son muy especiales: el es publicista y ella, profesora de gimnasia. Sin embargo, el personaje de Liane también presenta otra particularidad, ya que deja su profesión para dedicarse a su mayor felicidad : quedar embarazada y tener bebés a los que luego van criando los hermanos mayores.

En líneas generales, es una familia divertida, pero también con demasiados secretos y hechos ocultados.

Amigos, tíos, vacaciones en las casas de los abuelos y, cuando la situación económica va prosperando, en las playas españolas. La vida de la familia tiene también hechos trágicos a los que medianamente se sobreponen.

Lucile era tan bonita que desde los siete años posó para las revistas de moda de lujo para niños, y hasta llegó a ser famosa en toda Francia. Sin embargo, por momentos se la nota encerrada en sí misma. Su belleza y sus ausencias llamaban la atención a los demás. De esa infancia tan especial, pasa a la juventud y madurez que fueron muy duras, se hace evidente su bipolaridad y los trastornos psíquicos se complican cada vez más.


No entraré en detalles, la vida de Lucile es muy difícil y lo mismo ocurre con la de sus dos hijas. Siguen adelante a pesar de sus problemas y sobretodo con ellos se va construyendo un relación muy fuerte entre las tres, en especial con Delphine.

En las 369 páginas de esta novela no va a faltar el humor hasta en los momentos más difíciles, como por ejemplo la trompada que le da Lucile a su terapista cuando no se niega a atenderla. Aclaro, el profesional era Lacan. El lector no puede dejar de leer. Atrapa.

Hay otra situación que llama la atención y es un detalle interesante, sobre todo para los lectores mayores: a lo largo de la lectura reconoceremos personajes, canciones, situaciones políticas francesas y mundiales propias de las últimas décadas del siglo XX.

Insisto, por un lado se narra el difícil proceso de escribir, la necesidad de encerrarse para hacerlo, el momento en que se estanca, o cuando los hechos, los ambientes, los personajes se imponen al creador y lo impulsan a cambiar enfoques, seguir adelante desde otro punto de vista, seguir fluidamente o enamorarse de un lugar y sentir el gozo de describirlo. Y por otro lado la historia de una vida bipolar que crea y destruye.


Seguramente ya habremos leído novelas donde autores famosos escriben luego de la muerte de sus padres, creo que sobre todo a la del padre. Siempre recuerdo “La invención de las soledad” de Paul Auster, la sensación de quedarse huérfano a pesar de ser adulto o “El buen dolor” de Guillermo Saccomanno, por citar autores muy cercanos.

De Vigan recurre, como los anteriores, a la escritura como una forma de conocer y explicarse no solo la vida sino también las relaciones, esta vez con un caso entre madre e hija; y le agrega el plus de compartir con sus lectores el proceso que debió hacer para llevarla a cabo.


Un poco más de la autora



Nació en Boulogne-Billancourt, Francia el 1 de marzo de 1966. Se graduó en el Instituto de Estudios Literarios y Científicos Aplicados y durante años trabajó en el análisis de encuestas.
En el 2001 publicó por sugerencia de su padre, bajo el pseudónimo de Lou Delving, “Días de hambre”, una novela basada en su experiencia como anoréxica.Luego llegó “No y yo” (2007) que fue llevada al cine, “Nada se opone…” (2012) que obtuvo cinco premios; “Basada en hechos reales”, que fue llevada al cine por Roman Polanski y “Las lealtades”.


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