Líquidos cloacales y basura rodean Las Grutas

La rotura de un caño provocó el desborde de aguas servidas. Desde ARSA aseguran que el líquido no es contaminante. Preocupa la acumulación de residuos en las afueras de la villa.

LAS GRUTAS (ASA).- El charco interrumpe el paso en pleno camino vecinal, en el campo lindero a esta villa en cercanías del cerro Banderita. La basura que se ubica en los márgenes de esa huella bien consolidada impresiona, pero ahora el aspecto es más desagradable aún debido a la aparición repentina de esta acumulación de agua proveniente de las piletas cloacales que corta el camino, en medio de ese basurero clandestino que crece día tras día.

«El último fin de semana se rompió un caño que va al depósito que está detrás del cerro Banderita y el agua se estancó en ese sector», explicó Gabriel Soria, ingeniero de Aguas Rionegrinas, acerca de lo ocurrido. El profesional aclaró que las características del agua vertida no son nocivas para el ambiente. «Es agua ya tratada, la misma que se usa para el riego del césped de la cancha de golf o de los olivares. Ya pasó por las piletas y por el tajamar y debería haberse depositado detrás del Banderita, pero como se rompió el caño quedó allí», aseguró.

Lo cierto es que a pocas cuadras de la villa, en medio de un camino rural que con

duce al punto más alto del relieve grutense, como lo es el cerro situado al norte del casco urbano, se conjugan la basura y esas aguas servidas que -dicen- no tienen contaminantes ni bacterias peligrosas pero que provocan mal olor y un feo aspecto.

La queja la hizo conocer un turista que el viernes se acercaron al lugar y se encontraron con la sorpresa. La respuesta de Aguas Rionegrinas fue la misma dada a «Río Negro» referida a la rotura del caño, que se reparó en pocas horas.

Pero la triste sorpresa para este medio fue peor cuando, al llegar a este sitio en busca del desborde cloacal, pudo observarse la acumulación de basura que desde el inicio del camino -frente al club de golf- hasta el lugar donde se corta por el enorme charco,

se extiende a ambos márgenes, como basureros clandestinos.

Impresiona observar lo que ocurre en ese sitio situado a unos dos kilómetros del mar, frente a un barrio privado de alta jerarquía como El Alto y a pocos metros del acceso sur, puerta de entrada a la villa por la que llegan miles de veraneantes. Cuando «Río Negro» ingresaba por esa tranquera abierta un camión con caja salía del lugar, probablemente tras dejar más basura.

La proliferación de mugre no cesa en el balneario y sus alrededores debido a que las personas prefieren tirar la basura en estos lugares en lugar de dejarlas donde las recogen. Limpiar tanta cantidad de residuos dispersos será una tarea titánica. Lo cierto es que es necesario poner manos a la obra y profundizar los controles para evitar que se siga arrojando basura en cualquier lado.

Si a este cuadro de desidia y suciedad que envuelve a Las Grutas y San Antonio Oeste hoy, se agregan los desbordes cloacales, el saneamiento ambiental se complica. Mientras tanto, las quejas de los turistas por esta situación, pero palpan la dejadez que se observa en las calles y en las playas, se repiten diariamente en la sede de Turismo, en los teléfonos de los funcionarios y de los periodistas. «Y para colmo los precios, altísimos», dicen los visitantes tras enumerar los problemas que significan la basura, los perros, el estado de las veredas y las calles, la falta de riego y mucho más.


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