Llegó a limpiar un charco de sangre sin saber que había ocurrido un brutal homicidio

Una mujer fue condenada a 3 años de prisión en suspenso por el delito de encubrimiento agravado, en un juicio abreviado. Había sido acusada -en principio- como coautora de un crimen en Bariloche.

Yanet Lagos Ruíz se cruzaba dos veces por semana a limpiar la casa de un vecino del barrio 270 Viviendas de Bariloche. Era un trabajo ocasional que había conseguido hace un tiempo, y que le generaban unos ingresos para sostener la débil economía familiar. La mujer es sola, con 4 hijos a su cargo. Los 3 mayores ya no viven en el hogar, según relataron fuentes judiciales. La casa que limpiaba pertenecía a Juan Pablo Vera, que es discapacitado y se moviliza en silla de ruedas. El hombre cumplía en su domicilio una condena de 16 años de prisión por dos hechos delictivos.

El 17 de diciembre pasado, la mujer se cruzó a limpiar la casa de Vera. Cuando entró, se encontró con un charco de sangre. Horas después quedó detenida e incriminada en el brutal homicidio de Rodrigo Navarro, que ejecutaron de dos tiros en la cabeza, tras darle una feroz paliza, mientras estaba indefenso. Todo sucedió, según la teoría de la fiscalía, en el interior del domicilio de Vera.

Este lunes al mediodía, el juez Héctor Leguizamón Pondal homologó un acuerdo pleno que había presentado la fiscal Betiana Cendón, con el consentimiento del defensor oficial Marcos Miguel y del abogado por la querella, Manuel Mansilla.

El juez condenó a 3 años de prisión en suspenso a Lagos Ruíz, como autora del delito de encubrimiento agravado. Cendón le atribuyó a la mujer haber ayudado a ocultar y eliminar evidencias del crimen.

La imputada, asesorada por el defensor oficial, admitió su responsabilidad. Cuando el juez le preguntó, dijo que había entendido el delito que le atribuían y que estaba de acuerdo con la pena propuesta por la fiscalía.

Por eso, el juez condenó a la mujer a 3 años de prisión en suspenso, en un juicio abreviado. Y le impuso pautas de conducta que deberá cumplir durante 3 años, como mantener el domicilio, asistir en forma periódica al patronato de Liberados y evitar cualquier tipo de contacto con los familiares de la víctima.

Leguizamón Pondal dejó sin efecto la prisión preventiva que la mujer cumplía en su domicilio, con el aval de la fiscal y de la querella. Por eso, recuperó su libertad.

La investigación

Cendón explicó que, a partir de la investigación en marcha, se estableció que la mujer no había participado del homicidio que ocurrió el 17 de diciembre pasado, en el interior de la vivienda de Vera.

Por eso, la fiscal reformuló este lunes la acusación contra Lagos Ruíz que, al principio, había sido imputada como coautora del homicidio de Navarro. Cendón la acusó este lunes por el delito de encubrimiento agravado.

La fiscal relató que la mujer había declarado en la fiscalía, con su defensor presente, que el 17 de diciembre pasado, en horas del mediodía, Vera le había pedido que se llevara a su casa un DVR, que conectaba la cámara de seguridad instalada en el domicilio para vigilar sus movimientos. El aparato se lo entregó en la vereda. Le dijo que un amigo después pasaría a retirarlo para destruirlo.

La mujer contó que cuando estaba en su casa, su vecino le había pedido que vaya a limpiar. Se cruzó a la vivienda y encontró charcos de sangre. Declaró que Vera le había dicho que “se había mandado una macana”.

Minutos después, apareció un policía en la vivienda, porque un vecino había llamado al 911 tras observar a un hombre que tapaba la cámara de seguridad, situada frente al domicilio.

El policía observó manchas de sangre en el interior de la casa, pero Vera le dijo que estaba todo bien. Lagos Ruíz mantuvo silencio. Minutos después, el empleado policial avisó a la fiscalía de turno lo que había visto.

La fiscal adjunta ordenó que personal policial permaneciera afuera de la casa. Por la tarde, unos niños hallaron un Ford Ka abandonado en un zanjón, cerca de la ruta de la Circunvalación. En el interior había un hombre muerto.

El padre de los chicos avisó a la Policía. La Brigada de Criminalística confirmó que se trataba de un homicidio. Por eso, la mujer y Vera quedaron detenidos. Dos días después, los imputaron como coautores del homicidio de Navarro.

La investigación preliminar descubrió que un hombre había estacionado el Ford Ka, que era de la víctima, de culata frente al domicilio de Vera, en horas del mediodía del 17 de diciembre último. El hombre sacó el cuerpo de Navarro de la vivienda, lo cargó en el auto y lo trasladó hasta un zanjón, a unas 10 cuadras. Allí, arrojó el vehículo por el barranco para deshacerse del cadáver.

A todo esto, la investigación continúa adelante porque aún hay un sospechoso de haber participado del homicidio que está prófugo. La fiscal dijo que es Martín Páez. Mientras Vera permanece detenido en el penal de Bariloche. «Creemos que hay más personas involucradas en este hecho», planteó este lunes el abogado por la querella.


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