Los cartuchos de Cristina


“Como consecuencia de las restricciones que impone nuestro hiperpresidencialismo, la Argentina suele esperar que todo lo arregle el número 1. Pero ocurre que en este caso Alberto Fernández no cuenta con los recursos necesarios para ejercer esa función. La dueña de al menos un porcentaje mayoritario de los votos del FDT es Cristina”, escribió el analista Sergio Berensztein, ayer en La Nación.

Alberto Fernández dio ayer dos definiciones que van en el sentido expuesto por Berensztein y sinceran planos reales, no formales, de jerarquía.

En una entrevista que le hizo Oscar González Oro por radio Rivadavia, el presidente sostuvo que, en el Gobierno, él tiene tanto «la tinta» como «la lapicera», pero consideró que «el día que se quede sin tinta», Cristina Kirchner le va a «alcanzar un cartucho». Fue una respuesta jocosa a un comentario que había hecho el periodista radial una semana antes, cuando opinó: “En el país hay una sola lapicera número 1 y la tiene Alberto, pero lamentablemente el cartucho con la tinta lo tiene Cristina».

Más allá de expresiones en formato ocurrente, anteayer el presidente no dudó en avalar una posición de la vicepresidenta Cristina de Kirchner destinada a dejar una fuerte definición política en torno del delicado tema de la deuda, justo cuando una misión del FMI estaba en la Argentina y en medio de delicadas negociaciones por lograr, si no una quita, cuanto menos un “reperfilamiento” o postergación de pagos.

El áspero cruce entre Cristina y el vocero del Fondo, Gerry Rice, había tenido esta secuencia:

– Primero la vicepresidenta dijo en Cuba que el FMI “debería establecer una quita sustancial de la deuda, porque se hizo un préstamo comprometiendo el 60% de la capacidad prestable del organismo” y porque violó sus estatutos al permitir que el préstamo se fuera en “fuga de capitales”.

– El vocero replicó que el FMI no violó sus estatutos y resaltó: “No puede haber quita”.

– Cristina entonces reprodujo en Twitter un artículo del Fondo que prohíbe “usar recursos para hacer frente a una salida continua de capital”, acompañado de la leyenda: “Sin comentarios. Los argentinos y argentinas sabemos leer”.

– Y allí terció el presidente Alberto Fernández para darle la razón a su vicepresidenta: “La observación de Cristina es muy pertinente” (…)  «Lo que Cristina dice es: si incumplieron eso, incumplan y hágannos una quita”.

En definitiva, Cristina exige directamente una quita en la deuda, otra que “reperfilamiento”. Y Alberto está de acuerdo: contundente mensaje político al FMI, a los expectantes acreedores y a los nerviosos mercados. Consiente, de paso, que el FMI se permita “incumplir”; es decir seguir incumpliendo con sus normas internas, parafraseando a Cristina.

Como el propio Fernández demuestra, pesa y mucho en su gestión la palabra de Cristina, siempre decidida a acercarle cartuchos.


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