Los efectos de la economía K
JULIÁN OBIGLIO (*)
El gobierno nacional se ha caracterizado por festejar siempre los incrementos de la recaudación nacional. Sucede que en un contexto inflacionario como el actual un aumento de los ingresos fiscales, en términos nominales, no siempre significa un incremento en valores reales. Es decir: si la variación porcentual entre los mismos meses de diferentes años es inferior a la inflación anualizada, entonces estaremos frente a una caída de la recaudación en términos reales. Ello es lo que viene sucediendo en los últimos tres meses (mayo, junio y julio) con la recaudación nacional. Como observamos en el cuadro siguiente, la caída promedio en el último trimestre ronda el 3% en términos anualizados. Según el Índice General de Actividad-IGA (Consultora Ferreres & Asociados), durante los primeros tres meses del 2012 la actividad económica creció a un promedio del 3% anualizado, para comenzar a caer –respecto al mismo mes del año 2011– con fuerza cada vez mayor, llegando a una reducción real del 3,9% en junio pasado. Cabe preguntarse cuáles son las causas de esta desaceleración o, más bien, caída en el nivel de actividad de la economía argentina. La presidenta suele decir que “se nos cayó el mundo encima” como si la causa de nuestro escenario de una incipiente recesión fuera el contexto externo. Pero las causas hay que encontrarlas en la política doméstica: controles de precios, controles cambiarios, restricciones a las importaciones, mayores regulaciones y costos laborales, inflación, expropiaciones, etc. Todo esto genera un clima poco propicio para las inversiones y el consumo por parte del empresariado y la ciudadanía en general. La caída en términos reales de la recaudación es fruto de la desaceleración económica, esencialmente provocada por medidas del gobierno. Un gobierno cuyos funcionarios creen que son necesarios más Estado y menos mercado para lograr el progreso. Un grave error ya que, cuando se eliminan o restringen las señales que brindan los precios para la toma de decisiones económicas, la actividad comienza a empantanarse. ¿Cuál ha sido el efecto del menor nivel de actividad sobre la recaudación? Considerados los meses de abril a junio, podemos estimar que aquella ha caído en casi 12.000 millones de pesos. Una gran suma de dinero que podría haber sido utilizada para paliar los problemas de educación, salud y seguridad. Lamentablemente ya nada nos asombra y el gobierno continúa sosteniendo un relato completamente alejado de la realidad. Lamentablemente pronto la realidad pasará por encima de las fantasías de los funcionarios de turno y las consecuencias deberán ser afrontadas por todos los argentinos. Es tiempo de que la presidenta de la Nación tome nota de que a este gobierno no se le cayó el mundo encima, sino que con sus políticas está haciendo todo lo posible para que los argentinos nos caigamos de él. (*) Diputado nacional. Bloque PRO
JULIÁN OBIGLIO (*)
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