Los que enfrentan el desempleo con un emprendimiento

Los proyectos independientes se multiplican. La mayoría se vuelca a los oficios, que requieren menor inversión para empezar. Cuatro casos de roquenses que se decidieron a intentarlo.

Redacción

Por Redacción

“Emprender por necesidad, esto es lo que se está viendo mucho ahora”, remarcó Martín Ancaten, presidente de la Cámara de Agricultura, Industria y Comercio (CAIC) de Roca. Ocurre que impulsar un proyecto propio para obtener ingresos se afianza como la alternativa de trabajo, sobretodo para quienes llevan adelante búsquedas laborales sin éxito.

“En los momentos de crisis la gente se trata de volcar más a los emprendimientos. Hay momentos en que si te movés, hay laburo. Ahora está durísimo hasta moviéndote. La crisis llega a todos lados y se evidencia porque no hay ventas”, remarcó Ancaten.

En números

800
emprendedores conforman la base de datos de la USEP de Roca. La mayor parte son locales. Tienen principalmente entre 22 y 50 años.
250
personas con sus propios emprendimientos se acercaron a la CAIC de Roca durante el 2018, para recibir capacitación y asesoramiento.

¿Quiénes emprenden? Según la CAIC, los que apuestan a impulsar su propio negocio conforman un perfil amplio. Desde nuevos profesionales hasta personas que ya cuentan con un empleo formal y que en simultáneo desarrollan su proyecto para en un momento determinado dar el salto al mundo independiente.

Las hermanas aprendieron la técnica el año pasado. Foto: Emiliana Cantera.

“Vemos mucha gente joven pero también hay gente que se anota en los talleres que largamos para emprendedores de todas las edades, incluso recibimos abuelos que siguen queriendo generar un ingreso más. Y se ven muchas jefas de familias con hijos que emprenden para tener su propio sustento”, amplió el presidente de la entidad.

Qué y cómo

El acceso a las líneas de financiamiento son una de las trabas para los emprendedores en la actualidad. Por ello entre los productos a los cuales apuestan se encuentran los que requieren baja inversión inicial en maquinarias.

“Muchos se están volcando a los oficios. Hacen zapatos, libretas, piezas de porcelana, todo es más de tipo artesanal. Hay otro grupo gastronómico, con personas que se dedican a la pastelería o que venden viandas, pero son pocos los que piensan en abrir un local”.

La dinámica es asistir a ferias para hacerse conocer y luego vender por redes sociales, principalmente Instagram o Facebook. De todos modos, fuentes consultadas coinciden en que es importante el descenso de las ventas. “Para los que apuntan a un nicho de gente, como emprendimientos de comidas para veganos, creen que no le hace falta un local, porque ya tiene su comunidad de clientes armada”, subrayó desde CAIC. Eso deriva en que entre los emprendedores un alto porcentaje desarrolle su actividad de manera informal.

Los estudios de emprendimientos en el país indican que el 10% de las Pymes registradas superan la barrera de los 10 años, lo que indica una gran pérdida de continuidad en muchos casos. Ser constantes y creativos, algunas de las claves.

Fabrican juguetes en plena crisis y apuestan a un futuro rentable

Cada vez les molestaban más los desechos de su propia imprenta. Sabrina y Germán, pareja de profesionales del diseño gráfico, decidieron vender sus máquinas y reorientar su espíritu de trabajo independiente. La creación de una línea de juguetes didácticos fabricados con madera de la zona fue el resultado de la exploración del mercado, y de meses de estudio para definir los ejes de su nuevo proyecto.

Sol, su hija, tiene 3 y prueba todos los juguetes. Foto: Emiliana Cantera

Primero armaron una tienda web con juguetes de otros emprendedores del país, y en diciembre presentaron su primer juguete, en plena crisis.

“Es hiperdifícil emprender. Muy difícil que al reponer los insumos se puedan mantener los precios de los productos. Y además nos mata que la gente no compra”, resumió Germán.


Los fabrican en su casa. Sueñan con abrir una juguetería. Foto: Emiliana Cantera

“El éxito no va de la mano de la cantidad de ventas. Eso ya lo teníamos claro, aunque siempre se espera vender, pero en una situación difícil y con un producto que no es para muchos de necesidad, es difícil. El éxito es hacer eso que te llena, recibir buenas respuestas de la gente y de los niños, pero sobre todo, ver a tus hijos crecer en ese pensamiento y esfuerzo diario”, remarcó Sabrina.

Los proyectos a futuro incluyen desde el desarrollo de una línea para rehabilitar a niños con autismo, hasta la apertura de una juguetería. “Le vemos futuro y rentabilidad”.

Saber sublimar le abrió la puerta para su primer experiencia laboral

Mariana Pérez (41) tiene síndrome de down. Es una apasionada del arte, le fascinan los colores y pintar. Y pudo transformar su hobby en emprendimiento hace pocos meses atrás.

Saber sublimar le abrió la puerta para su primer experiencia laboral. Foto: Emiliana Cantera

Fue a partir de un taller que hizo con su hermana Laura. Aprendieron ambas a sublimar y se largaron a reproducir la técnica que traspasa cualquier imagen a la superficie de un vaso, remera, almohadón, termo, entre un sinfín de artículos.

Mariana antes hizo cursos de cocina, pintura y hasta aprendió cestería, pero hasta ahora no había tenido una experiencia laboral para generar sus propios ingresos. “Surge de una idea y se fueron dando las cosas. Es la primer experiencia laboral de Mariana, hasta hora todo lo que ha hecho tiene que ver con la capacitación, pero ésta posibilidad es nueva y positiva porque le implica organización y un tema del cuál ocuparse, hablar y compartir”, remarcó Laura Pérez, que se dedica a la docencia y tenía la tarde disponible para trabajar juntas. Se compraron la máquina de sublimar, una impresora y pusieron en marcha su producción.

Mariana siempre se vinculó a la pintura. Ahora con su hermana encontraron una veta para ganar dinero. Foto: Emiliana Cantera

De lunes a viernes de 14 a 18 se juntan en la casa de Laura y trabajan a pedido. Para las fiestas de fin de año tuvieron un pico de ventas y reinvirtieron en insumos. Fueron a ferias y a medida de que las conocen van surgiendo nuevos encargos.

Durante el verano la salida de productos disminuyó pero no se cortó. Piensan en sumar nuevos productos para ofrecer y cambiar sus equipos para mejorar.

Confecciona zapatos: ya recibió premios y sueña seguir creciendo

Tener paciencia para esperar ser conocido, es la principal clave que identifica Yamila Avendaño (24) para debutar con un emprendimiento propio. La joven roquense ganó un circulo de clientas de la ciudad y otros puntos del país -como Buenos Aires, Tierra del Fuego y Santa Fe-, a partir de su línea de zapatos y carteras. Comenzó hace dos años con sus primeros bolsos y mochilas, y en mayo del año pasado lanzó el calzado y ya fabricó más de 100. “Empecé a coser a los 6, a los 15 fui a un Instituto de Diseño y empecé a estudiar Turismo. Pero yo quería vivir de esto. Un día me hice una cartera para mí, una amiga la vio, le gusto y ahí empezó todo”.

Yamila tiene 24 y desde su niñez le atrae la costura y confección. Foto: Gonzalo Maldonado.

Las ventas son por redes -asegura que las ferias no le han funcionado- y asegura que para emprender hay que aprender cómo sacar las fotos y cómo llegar al público.

Sus zapatos estrella. Son los que mayor salida tienen. Foto: Gonzalo Maldonado.

En enero fue seleccionada por la Cámara de la Industria del Calzado para participar en el evento nacional “Creamos Efica 100” en Buenos Aires y días atrás recibió una Mención de Honor a la Promoción de Oficio en el marco del premio al Joven Emprendedor Rionegrino.

Confeccionar camperas, tener un espacio para instalar su taller -aún fabrica en su casa- y exportar sus productos, son sus proyectos a futuro. “Me veo emprendedora para siempre”.

Jóvenes profesionales sin trabajo se dedican a crear macetas con sello propio

Dos amigas. Una dueña de una colección de cactus y suculentas, la otra tenía materiales y un espacio físico para hacer pruebas. Ambas, estudiantes de Diseño de Interiores, con ganas de comenzar su camino laboral. Las dos jóvenes, con entusiasmo y necesidad de contar con sus propios ingresos, dieron forma a lo que hoy se conoce como Jungla. Ese es el sello de una línea de macetas de cemento que venden con plantas.

Costanza y Rocío estudiaron y no consiguen trabajo. Emprendieron para generar sus ingresos. Foto: Emiliana Cantera

“Pensamos en cuál era la impronta que le queríamos dar. Planeamos desde los colores, la estética de redes sociales. Definimos que queríamos algo neutro que pueda usar clientes jóvenes, hombres y mujeres”, comentaron Rocío Martínez y Costanza López Guinder.

“El titulo de emprendedor queda bonito, pero es por una necesidad que empieza todo. Todo el mundo está haciendo algo para vender. Es un laburo como cualquier otro, al que incluso se le dedican muchas más horas, pero es tuyo”, remarcó Rocío.

Las venden listas para decorar un espacio. Foto: Emiliana Cantera

“Desde octubre que terminé la facultad estoy desempleada, emprender algo propio era una forma de generar nuestro dinero”, agregó Costanza.

Para ellas también el fuerte de las ventas se da en redes sociales. “Asistimos a ferias pero la realidad es que la gente en general no va a comprar, pero sí es una forma de que nos conozcan”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios