Los violentos aparecieron en escena
La primera mancha del Apertura se dio en Mendoza y empañó el primer partido en casa de Godoy Cruz, tras su regreso a la Primera División.
Se enfrentaban en el estadio Malvinas Argentinas el local y Arsenal. Pero los violentos volvieron a ocupar el lugar del fútbol.
Iban 17 minutos del primer tiempo, Godoy Cruz y Arsenal empataban 0-0 en un partido discreto. Hasta que un grupo de hinchas mendocinos intentó ingresar al estadio sin entradas. Allí comenzaron los desmanes.
El árbitro Gabriel Favale decidió parar el partido y esperar a que la policía controlara a los violentos para poder seguir. Hubo balas de goma y gases lacrimógenos. Mientras que los que desataron la barbarie respondían con proyectiles.
La batalla se prolongó durante más de media hora. Favale, desde el vestuario, decidió suspender definitivamente el encuentro.
Como consecuencia de los hechos, en las primeras horas de la noche, el presidente de Godoy Cruz de Mendoza, Mario Contreras, presentó su renuncia en «forma indeclinable».
El anuncio fue dado a conocer por el jefe de prensa de la entidad, Juan Suraci, quien indicó que Contreras «presentó su renuncia en forma indeclinable, ante la falta de posibilidad de poder organizar un evento deportivo de característica importante como es la Primera División».
Asimismo, Suraci pidió públicamente, en nombre de la CD y de Acción Deportiva, gerenciadora del club, «disculpas a la gente de Mendoza, a los hinchas de Godoy Cruz, a todos los que asistieron al estadio Malvinas Argentinas».
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