Maradona, apasionado

A las 11, cuando estaba por comenzar puntualmente el pri-mer partido de la serie, de pronto apareció Diego Maradona en el estadio.

La gente se paró para ovacionarlo y el inicio del match se retrasó 5 minutos. El ídolo llegó a parque Roca a bordo de una Jeep Cherokee negra conducida por su ex esposa Claudia Villafañe y se quedó hasta el final, cuando la lluvia impidió que finalizara el duelo que Acasuso le iba ganando a Hewitt.

Diego se ubicó uno de los palcos vip, alentó, sufrió, festejó y hasta mantuvo alguna discusión con la pequeña parcialidad de australiana. Cada vez que la gente ensayó algún canto, él se sumó a la fiesta revoleando una camiseta y saltando.

«Que Digo este acá es increíble y un orgullo para todo el equipo. Eso demuestra que el tenis es cada vez más importante», señaló Nalbandian, quien saludó a Diego desde la cancha antes del partido y, luego, lo señaló apenas venció a Philippoussis.

«Hewitt vino con guardaespaldas porque se creía que vivimos con arcos y flechas, pero somos un país civilizado. No le vamos a hacer nada», dijo Maradona, antes de sentarse a observar el segundo punto de la serie.

Allí, en uno de los momentos difíciles para Acasuso, el ex jugador celebró eufóricamente un tanto de «Chucho» y, besando su camiseta, se lo gritó a los australianos que miraban desde la otra punta del estadio.

Intercambió algunos gestos y volvió a concentrarse en el partido. (ABA)


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