Martínez: «Argentina va a seguir importando gas por dos años»

El secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, aseguró que “el contexto internacional de altos precios nos va a afectar más allá de las decisiones que tomemos”. Señaló que la construcción de un gasoducto demandará hasta 20 meses de obra.

La búsqueda de la descarbonización desacoplada de los niveles de demanda en los países más desarrollados está generando una crisis en el sector energético por la escasez de gas natural que disparó subas de hasta el 250% en el hemisferio norte ante la llegada del otoño, generando coletazos que no solo están elevando el precio del petróleo ante la búsqueda de más combustibles para quemar en las centrales térmicas, sino que también llegarán a Argentina en el próximo invierno.

Así lo reconoció el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, quien si bien destacó que “al mundo le va a salir caro el gas, y a Argentina le va a salir menos caro por el Plan Gas Ar”, también reconoció que “todo lo que no se produzca acá y demandemos, lo vamos a tener que importar a un precio más elevado”.

“Este contexto internacional es producto de una velocidad del esquema de transición que no pudo dar respuesta y generó caos a lo largo y ancho del globo, y para Argentina el haber lanzado el Plan Gas Ar, con una previsibilidad a tres años y una estabilidad en cuanto a reglas claras, precios y volúmenes, es muy positivo”, indicó Martínez en diálogo con Cosechas y Negocios.

El secretario de Energía explicó que el éxito del plan de estímulos a la producción de gas “nos ha llevado también al desafío de topear los gasoductos y de entender que necesitamos la ejecución, no solo del gasoducto Néstor Kirchner, sino de todo el resto de las obras que hay que hacer, que cuestan en total unos 3.300 millones de dólares, pero que nos ponen en una situación en donde, si la licitamos en poco tiempo, vamos a poder ejecutar esa obra entre 18 y 20 meses”.

Precisamente ese plazo es el que Argentina deberá seguir importando gas, además del plazo del contrato con Bolivia que vence a fines de 2026, para cubrir el pico de consumo del invierno cuando la demanda se eleva casi al doble del consumo de la temporada plana como la actual.

“El contexto internacional nos pone una luz roja en función de los costos de la importación pero la Argentina el año que viene y el otro va a seguir importando por el plazo que nos lleva generar una obra como la que demanda y necesita el país”, aseguró Martínez y remarcó que “el gasoducto Néstor Kirchner -que una Tratayén en Neuquén con Salliqueló- no tiene menos de 18 ó 20 meses desde su licitación, que eso sí nos resolvería el problema de importación, pero en el mientras tanto vamos a seguir importando”.

Y precisó que «el año que viene vamos a seguir importando gas, sabemos que Bolivia va a seguir con un declino como el que tuvimos este año porque ya empezamos el proceso de negociación de la adenda, y es un contexto internacional que a pesar de nuestras decisiones el año que viene y el siguiente va a tener incidencia en nuestro país”.

Es por esto que Martínez indicó que “el desafío está en resolver -la demanda- con la mayor producción posible nuestra”, dado que indicó que con el Plan Gas Ar “nos plantea también la posibilidad de tener un ahorro en divisas de unos 1500 millones de dólares anuales, porque dejás de importar a un precio que se ha ido por las nubes, y dejás de quemar combustible lo cual es más amigable con el medio ambiente”.

Y agregó que “la limitante de la infraestructura necesaria hace que cada vez sea más prioritaria la obra de este gasoducto y en el mientras hemos empezado a tener la posibilidad de exportar hacia Chile y Brasil y Argentina tiene la posibilidad de proveer de energía en ese vehículo de transición energética que es el gas”.

Qué pasará con las tarifas


Pese a que Martínez anticipó que “el precio de los futuros del gas para el invierno es de 14 a 15 dólares por millón de BTU”, es decir un salto del más del 80% en relación al precio promedio pagado este año que de todas formas representó un costo de importación de 1.100 millones de dólares, el funcionario reiteró que “las tarifas no subirán más que los salarios”.

“Es decisión de este gobierno que nunca sea mayor el aumento de tarifas a la evolución del salario porque necesitamos una energía que la puedan pagar los vecinos y también la industria, y esa es una decisión concreta”, enfatizó el secretario de Energía en un posicionamiento que marcará un salto en los subsidios si los pronósticos de precios se mantienen elevados.


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