Matrimonio igualitario: «esta ley nos dio la posibilidad de formar una familia»

Hace diez años Argentina abrió la puerta para que sueños como los de Marian Love y Rodrigo se cumplan. Desde Cutral Co comparten su historia.

Marian Love recuerda el 8 de agosto del 2011 cuando en su peluquería se ponía su mejor vestido. Recorre ese día y el nudo en el estómago vuelve. “¡Que nervios! Me autoarreglé, como dice Moria, y los padrinos pasaron a buscarme”. Cuenta que la tensión creció al llegar al registro civil: el novio no aparecía y no atendía el teléfono. El drama, era el de una película de amor, pero como en todas, tuvo un final feliz.

“Este año conmemoramos diez años de la ley de matrimonio igualitario y con mi pareja, Rodrigo, tenemos el orgullo de ser el primero de la ciudad de Cutral Co. En agosto cumplimos nueve años de casados, el día de mi cumpleaños, y hace diez que estamos juntos, así que tenemos motivos de festejo”, asegura Mariana Elizondo, más conocida como Marian Love, quien comparte su historia con alegría.

Ese mediodía cubierto de aguanieve, Rodrigo Nicloux no podía pegar los moños para decorar el auto. Eso, lo había demorado pero lo importante es que llegó. La jueza les avisó que podía haber algunos periodistas, pero al entrar, superó sus expectativas. Había medios de todas las ciudades y una cortina de flashes, que sonaba sin parar, los escoltó.

El 15 de julio del 2010 tras 14 horas de sesión ininterrumpida el Senado aprobó la ley de matrimonio igualitario, después de tres meses de discusión en comisión y tres años de campaña de la comunidad LGBTIQ+ de Argentina.

A partir de ese momento, el matrimonio civil no fue solo patrimonio de las uniones heterosexuales y en estos diez años, 154 parejas dieron el sí en Río Negro y 214 en Neuquén.

“Organizar una boda, celebrar con los seres queridos. Acceder a esta ley nos dio la posibilidad de adoptar para los que quieren, conformar una familia como todos los demás. Eso, te saca de ese lugar en el que te hacían sentir que estabas haciendo algo malo”, afirma Marian con seguridad en la voz.

De niños, con Rodrigo vivían a media cuadra sin conocerse. Crecieron y un día ella entró al negocio de él. Jura que no le prestó atención y dejó el teléfono por un pedido. Tiempo después él llamó por casualidad.

Comenzaron a intercambiar mensajes y de a poco nació su amor. Cuando se casaron reconoce que fue un escándalo.

Las comunidades de Plaza Huincul y Cutral Co son grandes y a la vez pequeñas. En su ADN llevan el signo de comarca petrolera. Según sus palabras, hay una fuerte presencia del patriarcado, el machismo y las religiones, que a veces ayudan a salir adelante, pero tienen entre sus fieles a personas que en nombre de Dios repudian al prójimo.

“No debería haber sido así, porque somos personas y debemos tener todos los mismos derechos. Recibimos amenazas por parte de gente de la iglesia. Una no entiende como hay alguien que se toma tiempo para meterse en la vida de los otros”, sostiene.

La jueza que los casaba es una amiga de años, Alejandra Contreras. Siempre bromeaban. Marian le preguntaba “¿cuándo me vas a casar?” y Alejandra respondía: “ya te voy a casar”, pero no imaginaban que lo harían.

El casamiento fue todo lo que esperaban. Alejandra había puesto flores, música y hasta las 20 hubo fiesta. Los amigos y familiares se tomaron el día. Compartieron con sus afectos y su orgullo en estos años es demostrar que son una familia.

En la actualidad cree que cambiaron algunas cosas. “Se vive más normal, y de nuevo sale esa palabra, que no debería. Está más aceptado, aunque todavía hay repudio. Muchos lo siguen haciendo en secreto, y no por eso dejan de pertenecer a nuestro colectivo, los respetamos, porque muchas veces exponerlo es llevar una carga”, manifiesta.

Viajó a otros países por trabajo y se encontró con gente que al leer en su documento “casada” no lo entendía. Argentina estuvo entre los primeros diez países del mundo en reconocer el derecho pleno de la población LGBTIQ+.

Marian lo celebra, pero no deja de mencionar las luchas actuales, como el pedido para que se apruebe el cupo laboral trans, ya que solo un 18% de la población travesti y trans tiene acceso en su vida a un empleo registrado.

Diez años en pareja, para algunos es una eternidad. Para ellos, es un tiempo lindo y de unión. Así lo explica: “elegir otro género no modifica nada en una sociedad, somos como todos, elegimos otra orientación sexual pero vivimos la vida como todo el mundo. Tan sencillo y para algunos tan complicado como eso”.

“Hay muchos motivos para celebrar y muchos más para seguir avanzando”, asegura la Mesa por la Igualdad Neuquén en la convocatoria al festejo virtual que se realizará el 15 de julio. Comenzará a las 19 y se transmitirá por Zoom. Habrá artistas, charlas, brindis, testimonios, anécdotas, entrevistas, historias. Para participar hay que buscar en Facebook a Mesa por la Igualdad Neuquén y sumarse.


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