Mauro Moschini: ensayos de la Patagonia y más allá

De regreso a su Huergo natal tras una larga temporada en Buenos Aires, donde se formó en Letras, publicó un muy interesante libro de ensayos y relatos.

Por fortuna, aún existen los apasionados por las letras y por la escritura. Es el caso de Mauro Moschini, quien acaba de publicar un libro que se mete “con de todo”: encontramos allí ensayo, poesía, cuentos y relatos varios que se fueron armando entre Capital Federal y el Alto Valle . Tiene 33 años y vive en Huergo. Pero las letras no lo son todo en su vida: también se dedica a la bodega familiar, cuyos vinos vende él mismo casa por casa.
Después de “Tierra Florida”, una plaqueta con diez poemas editada en 2005 por la pequeña editorial independiente Zorra Poesía, llegó “Tarde de amigas” (2013), un libro de cuentos; y “Poemas cortos”, (2014, Desde Un Tacho Ediciones). En 2017 volvió a establecerse en Ingeniero Huergo y así llegó “Recorridos: Crónicas y ensayos de un desubicado”.
Editado por Remitente Patagonia, editorial comandada desde Trelew por Pablo Lo Presti, el libro reúne textos escritos en los últimos diez años, entre los que se cuentan ensayos de crítica literaria, reseñas de libros, artículos de costumbres sobre el ambiente de los cybers y la música callejera de Buenos Aires y un par de monografías de corte académico. Entre los temas sobresalen reflexiones sobre figuras clave de la cultura patagónica como Aimé Painé, Liliana Ancalao y Héctor Kalamicoy.
Mauro Moschini nació en 1985, en Ingeniero Huergo, donde pasó los primeros veinte años de su vida. En 2005, partió a Buenos Aires para estudiar en la UBA, donde se gradó de Profesor y Licenciado en Letras. Pasó los siguientes doce años allí, aunque sin dejar de volver al Alto Valle, no solo para vacacionar y pasar tiempo con su familia y amistades, sino también para nutrirse de las novedades de la literatura patagónica que podía obtener en las librerías de la zona. A lo largo de este tiempo de estudio intento una mirada personal acerca de la región en la que se crió, además de la literatura en general. De esa formación, esa búsqueda y esas idas y vueltas da cuenta “Recorridos”, su primera incursión en el ensayo.

P- ¿Qué sentís que te sumo tu recorrido profesional para llegar a este libro?
R- Lo que tiene la UBA es prestigio. Hay muy buen nivel.

P- ¿A qué universo se dedica este libro?
R- Esta dedicado, en principio, a la gente que quiero. Fue para darle un cierre a mi vida en Buenos Aires. Como dice el subtítulo son “crónicas y ensayos de un desubicado”. No terminaba de estar en ninguno de los dos lugares. Estaba entre Buenos Aires y el Valle. Y estoy contento de haber podido editar este libro con una editorial como Remitente Patagonia, cuyo catálogo es uno de los mejor cuidados y más interesantes que conozco. A nivel personal es muy importante porque significa una síntesis y una culminación lo que hice durante toda una etapa de mi vida.

P- Tenés las características de la bohemia, si se quiere. ¿Te sentís representado?
R- Me sale hacer las cosas en ámbitos menos “oficiales”. Me tira más lo que es la “cultura popular”. En mi libro hay un texto sobre la murga, por ejemplo. No rechazo de plano en lo que se pueda dar en marcos más institucionalizados. Soy más afín a una cosa más “bohemia”, como vos decís.

P- ¿Qué diferencia hay entre la Patagonia y la gran ciudad ?
R- Creo que la diferencia principal es que las heridas son diferentes. La distancia se nota más acá. Hay mucho por hacer y encontrar un arte que le hable a la gente de acá.

P- ¿Qué material pensás editar este año?
R- Tengo un libro preparado de textos breves en prosa. Espero poder editarlo. En lo económico, hay perspectivas muy feas. Me gustaría reeditar mi primer libro, pero creo que va a quedar para el año que viene. Tengo previsto un libro de cuentos y quizás otro de poemas.

P-¿Cómo es publicar en la región?
R- Hacen falta muchas más editoriales. Hace falta arriesgar el dinero para editar libros, hablo de la gente que tiene la plata. Vender libros es deficitario. Cuando conocí Remitente Patagonia me resultó muy interesante porque tiene un amplio catálogo.

P- ¿Cómo es la relación con la bodega familiar? ¿Repartís los vinos que producen?
R- Soy el encargado de venta de Chacra Moschini. Fue la razón principal por la que regresé. Poner un grano de arena para la familia. Queremos agregar valor a la producción agrícola. Lo hacemos con mi hermana, mi pareja y mis padres. Hay muy buenos vinos en el Valle. Debería poder desarrollarse más.


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