Holanda es el primer país sin perros callejeros

El proceso llevó mucho tiempo, pero ha valido la pena ya que se logró concientizar a la población sobre tenencia responsable. Los infractores reciben multas muy elevadas y hasta 3 años de cárcel.

Holanda es el primer país sin perros callejeros

El proceso llevó mucho tiempo, pero ha valido la pena ya que se logró concientizar a la población sobre tenencia responsable. Los infractores reciben multas muy elevadas y hasta 3 años de cárcel.

Holanda ha logrado ser el primer país sin perros abandonados. Un proceso que no ha sido nada rápido.

En los Países Bajos llevan luchando por los derechos de los perros desde 1864, cuando se estableció la primera agencia protectora de animales en La Haya; años después, en 1877, se abrió el primer asilo canino.

La Agencia Holandesa de Protección Canina, la Plataforma de Fundaciones Animales y la Universidad HAS Den Bosch, se unieron hace algunos años para investigar cuáles podían ser los motivos por los que a diferencia de otros países europeos, los Países Bajos si habían conseguido terminar con el abandono de animales y para ello tuvieron que rastrear la historia de la región.

Desde el año 1800 casi todas las unidades domésticas compartían su techo con perros. Es más, el tipo de can que tenía cada familia, era un símbolo del estatus de la misma.

La clase alta recurría a perros de raza con pedigrí, mientras que los mestizos eran comunes entre aquellos que tenían menos nivel adquisitivo, pues los empleaban como perros de trabajo.

En el siglo XIX comenzaron a elaborarse leyes relacionadas con la tenencia de canes, aunque no les favorecían demasiado, ya que estaba permitido que una vez cumplida su “vida útil” fueran echados a la calle. Como era legal abandonarlos, la población de perros callejeros se fue incrementando y al no existir un control sanitario, fueron expandiéndose enfermedades como la rabia.

Apareció entonces una nueva profesión, el cazador de perros, ya que el miedo a una epidemia condujo a la sociedad al sacrificio de multitud de canes callejeros. Además de tomar medidas como el uso obligatorio de correas y bozales para los perros algunas regiones holandesas decidieron establecer impuestos caninos, para ejercer un control más estricto de los peludos que andaban a sus anchas por las calles, sin embargo, fue un error.

Aumentaron los abandonos, pues gran parte de la población no estaba dispuesta a hacer frente al pago o no podían permitírselo. Por contrapartida un perro con buena salud y bien alimentado era un sinónimo de riqueza, lo que desembocó en una mayor preocupación por proporcionarles a los animales un mejor trato. La importancia del bienestar de los perros condujo a la creación de sociedades y organizaciones caninas. Y en 1886 comenzaron a imponerse penas a los maltratadores.

Protección animal

En el siglo XX se introdujo la Ley de Protección Animal y se aprobó la Ley de Salud y Bienestar Animal, que prohíbe a los dueños no brindarles los cuidados pertinentes o abusar de los mismos. ¿Qué sucede si se vulnera la Ley de Salud y Bienestar Animal? El sistema judicial lo consideraría una ofensa criminal, penada con tres años de prisión y multada con 16.750 euros, de ahí que en Holanda antes de tener un perro y abandonarlo, se lo piensen dos veces.

Actualmente, los holandeses ven a sus perros como si fueran sus propios hijos y, por consiguiente, no conciben deshacerse de ellos. Además, como afirma Isabelle Sternheim en el informe de Dogresearch, desde 1960 se ha realizado un control de la natalidad de los animales, “el número de esterilizaciones de perros y gatos se ha incrementado significativamente”.

Según Sternheim es difícil determinar “si las organizaciones se crearon a partir de la necesidad del cuidado de los animales, o si la necesidad del cuidado de los animales han originado estas organizaciones”, lo cierto es que han sido numerosos los grupos que ha decidido velar por el bienestar de los animales, entre ellos la Agencia de protección animal holandesa, la Agencia de protección canina holandesa y el Partido para los animales, entre otros. Y gracias a ellos ya no existen perros callejeros.

En los Países Bajos se ha producido un cambio de mentalidad muy fuerte, los animales son concebidos como seres que al igual que las personas sienten y padecen, de ahí que incluso a nivel educativo se haga hincapié en enseñar a los niños a respetarlos y cuidarlos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la World Animal Protection (WSPA) informaban en los 90 de que la única forma de frenar la sobrepoblación canina callejera era esterilizar, educar a la sociedad sobre la tenencia responsable e identificar a los animales. Y Holanda siguió las recomendaciones, es más como el informe de Dogreserch advierte una sobrepoblación de animales genera un incremento del nacimiento de cachorros, al no tener suficientes recursos para dar cobijo a tantos “muchos perros débiles mueren de manera lamentable, por desnutrición y/o deshidratación. Cuando el número de perros callejeros se mantiene estable, el sufrimiento de la especie disminuye considerablemente”, porque se adapta a los recursos del país.

Tasa de natalidad

Holanda supo acogerse a esta medida y controlar la superpoblación de animales, pues la compra compulsiva de perros suponía un problema porque la tasa de natalidad no dejaba de crecer. Para frenarlo, el gobierno asumió los gastos de las esterilizaciones y las castraciones organizando campañas gratuitas tanto para perreras como para familias.

Otra medida fue incrementar los impuestos a la gente que compraba perros de raza, facilitando así que quienes realmente deseaban tener un perro lo terminasen adoptando. A día de hoy, Holanda, puede presumir orgulloso de ser el único país europeo reconocido como libre de perros abandonados

Pero… si no hay perros en adopción y los holandeses quieren un compañero de vida, ¿Qué pueden hacer? Para eso nació en 2001 la asociación SOS Strays, presidida por Carine Wouters. Son varios los viajes que realiza la organización a distintos países europeos para suministrar alimentos y materiales que ayuden a mejorar las condiciones de los animales que viven en perreras o protectoras, pero a su vez los mismos camiones que parten de Holanda con ayudas para países vecinos, recogen perros abandonados para ofrecerles un hogar junto a una familia de los Países Bajos.

Tal es la preocupación de Holanda por el bienestar de los animales que incluso disponen de un cuerpo de policía para ellos, desde 2011 los ‘Animal Cops’ velan por su protección y seguridad.

Fuente: diario El Mundo


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