Michael Jordan, el hombre que llevó el básquet a cada rincón del mundo

Cumple 58 años una de las figuras más importantes de la historia del deporte mundial.

En tiempos de globalización, cuando la televisión a color se metía en cada vez más hogares y el deporte se consolidaba como una industria, Michael Jordan fue protagonista principal.

Si bien el básquet tenía carácter masivo en Estados Unidos, hasta la década del 80′ la práctica de la disciplina en otros países lo dejaba como un deporte de cuarto o quinto orden. De hecho, por ejemplo, en Argentina la Liga Nacional como hoy la conocemos arrancó a mediados de esa década.

El básquet ya era un deporte de relevancia mundial cuando llegó Jordan, pero el nacido en Brooklyn fue el protagonista de la llegada de esta disciplina al ‘gran público’. Es decir, rompió la barrera de un simple jugador y se transformó en celebridad. Hubo mucho de virtud propia y también algo de contexto histórico. Los medios masivos dominaron la escena y Estados Unidos expandió su cultura de manera penetrante.

En términos de práctica deportiva y de consumo del básquet como producto cultural, marcó un antes y un después. Ni Larry Bird ni Magic Johnson, las estrellas de la NBA hasta su irrupción, generaron en el público de todo el mundo lo que hasta hoy transmite Jordan.

Eso quedó expuesto cuando integraron el famoso ‘dream team’ en Barcelona 92′, para muchos el mejor equipo en deportes de conjunto de todos los tiempos. Además de la cuestión física, porque Jordan estaba en su mejor momento y tanto Bird como Johnson en la última parte de su carrera. La gran figura de ese plantel era MJ.

Su carrera tuvo muchos condicionamientos. Desde lo débil que era Chicago como franquicia cuando él llegó, sus compañeros consumiendo drogas en las concentraciones y la muerte de su padre. De hecho, dejó de jugar profesionalmente al básquet para hacerlo en el beisbol, el deporte preferido de su papá James. Pero en el 95′ volvió y ganó los últimos tres anillos, como si el tiempo de inactividad no hubiese pasado. En el medio, participó de la película Space Jam, de 1996, otro momento icónico de la industria.

Su segundo retiro fue en el 98′, pero en 2001 volvió a jugar con Washington Wizards, en lo que fueron sus últimas dos temporadas hasta 2003. Cada partido pareció un homenaje y los tickets se vendieron en todos los estadios, fomentando una vez más el negocio.

En sus años en Chicago, siempre fue determinante y muy competitivo, llevando al límite a quienes compartían el plantel. La dupla con Scottie Pippen, la relación con el coach Phil Jackson y su actitud ganadora fueron una marca registrada.

Durante la pandemia, la serie »The Last Dance», (El Último Baile), refleja su carrera y su vida. Los capítulos, que se estrenaron en medio de la cuarentena mundial, eran esperados cada lunes como las viejas novelas de décadas pasadas, cuando la TV dominaba la agenda familiar. En la serie no sólo se ve »lo bueno» del ídolo, sino que se reflejan las miserias o problemas que puede tener cualquier ser humano. Tanto dentro, como fuera de la cancha. Lo cierto es que cuando se públicó ‘The Last Dance’ del retiro de Jordan habían pasado más de 18 años, pero su figura emblemática sigue cautivando como la leyenda que es y será por siempre.

Hoy, el escolta que fue seis veces campeón con Chicago Bulls, está cumpliendo 58 años. Ganador, talentoso, atleta, multicampeón y el mejor producto de su industria. Esa en la que en los últimos años adquirió una franquicia, ya que maneja las riendas de los Charlotte Hornets, entre otras tantas inversiones.


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