Milton Prado, el jefe narco que se escurre entre las manos de la policía

Otra vez se escapó de un operativo policial. Ya son varios los procedimientos que fracasan en el intento para dar con su paradero.

Cuentan que el viernes por la noche, otra vez Milton Prado -el narco más buscado de Roca- estaba al alcance de la mano y que la policía nuevamente lo tenía cercado para lograr su detención. Sin embargo, el escurridizo narcotraficante logró escapar del operativo aunque según fuentes policiales, cada vez está más solo, sin el respaldo económico que tenía hasta el momento y con buena parte de su banda desmantelada.

Fue en un operativo montado por personal del Destacamento N° 104 y de la Comisaría 31, quienes estaban tras los pasos de una banda que se dedicaba a la venta y comercialización de cocaína. Se lograron incautar más de 1 millón de pesos, 3,5 kilos de cocaína (valuados en 6 millones de pesos), además de un vehículo, nueve equipos de radio y un vehículo Citröen C-4 que se encontraba en poder de uno de los allegados al Prado.

A Prado lo buscan desde el año 2020. En septiembre, recayeron sobre él dos pedidos de captura; uno de ellos tiene que ver con la condena a 6 años de prisión por encabezar una banda narco desde una celda del Establecimiento de Ejecución Penal 2, desde donde organizaba los movimientos de su grupo de colaboradores y «soldaditos». Y la segunda orden está vinculada con una banda que tenía el mismo fin y que fue desarticulada el año pasado.

«Es muy difícil porque sigue teniendo un importante respaldo económico con dinero narco. Entonces todavía encuentra lugares donde poder esconderse y escapar de la policía», dijo una fuente de la rionegrina consultada por este diario. Sin embargo aclaró que Prado se va quedando sin colaboradores y sin dinero, lo que podría facilitar su captura en los próximos meses.

Milton Prado es un jefe narco que logra huir de todos los operativos de la policía rionegrina. (foto: archivo)

El mismo efectivo explicó que el jefe narco cuenta con una red de colaboradores que lo alertan cada vez que la policía ingresa al barrio Quinta 25, donde suele encontrar refugio. «Pero además consigue equipos de comunicación para seguir el movimiento de las distintas unidades. Cuando hay respaldo tecnológico y económico resulta muy difícil atraparlos», reconoció.


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