Muerte súbita, esa forma inesperada de morir
Un relevamientopor clubes de la zona expuso controles apenas superficiales.
Sólo la irrupción de la muerte provoca que se hable de la muerte en el deporte por cuestiones cardíacas. Hace dos días, el fútbol argentino volvió a conmocionarse con el fallecimiento de un futbolista de la Primera C durante un partido.
La muerte de Héctor Sanabria mientras participaba del partido que disputaban su equipo, Laferrere, y General Lamadrid, el martes pasado por la noche, devolvió al primer plano, y de la peor manera, el tema de los controles médicos en el ámbito del deporte, “un tema muy subestimado”, según Pablo Pomar, médico del plantel del Deportivo Roca.
“En la ‘C’ ni siquiera te hacen un electro. No tenemos cobertura médica, no te hacen ningún chequeo. No sé si te puede pasar o no si te hacés los estudios, tal vez algo hubiera saltado”, se lamentaba ayer Pablo Nieva, capitán de Laferrere y compañero del fallecido Sanabria.
¿Y en la región qué pasa? Pasa que todo queda en manos de los clubes y que poco y (casi) nada se exige desde las ligas. En Cipolletti, al plantel superior se hace de todo. Apto físico: sangre, orina, ergometría, electrocardiogramas.
“La Liga Deportiva Confluencia no pide nada, sólo que se paguen los cánones cada martes”, dicen irónicos en el club “Albinegro”, el cual para sus divisiones inferiores, Cipolletti da fichas individuales para que las completen con sus médicos de cabecera en cada inicio de campeonato
En el Deportivo Roca ocurre algo parecido a Cipolletti. En inferiores se lleva a cabo un control preparticipación deportiva que consta de una ficha médica que cada chico debe llevarle a su médico de cabecera y en la cual se exige un electrocardiograma. Este estudio se les pide por primera vez a los 9-10 años. Otro a los 13 a partir de los 15 años de edad, uno cada año.
Respecto de los resultados de estos seguimiento médicos, al margen de conocer la salud de los deportistas, lamenta que no se haya construido una estadística con ellos: “Sería fundamental hacerlo para profundizar en la medicina del deporte a nivel local”.
Consultados en Independiente de Neuquén, aseguraron desde el club que el Consejo Federal lo único que pide es una planilla con la firma de un medico señalando que todos los jugadores están aptos para la práctica del deporte y que en el club hacen electros y ergometrías, pero que en realidad podrían no hacerlo y trucharlo todo.
En el ámbito de Lifune, dijo Carlos Lucumán, presidente de Sapere: “En Lifune, jugador que no presenta ficha médica no puede jugar”. Y contó: “La liga tiene un aparato para hacer electros y el club que lo necesita lo pide, solamente debe conseguir un medico, pero se dejó de utilizar el consultorio de la liga porque nadie lo usaba”.
Sobre este consultorio con la aparatología necesaria para estudios cardíacos, Luisa Lezana, presidenta de Don Bosco, reveló que “no tenía idea de que Lifune tuviera ese aparato”, y aclaró que en su club exigen a cada jugar la ficha medica, con el electro adjunto.
En Estudiantes de Bariloche, otro de los clubes que participará del próximo torneo Argentino B, reconocieron que todavía no han hecho ningún examen médico a sus jugadores. Aunque se hará “chequeo general” en septiembre.
En los tres clubes de la Comarca que participarán del Argentino B –Sol de Mayo, Deportivo Patagones y Villa Congreso– no hay y algunos jugadores lo hacen por su cuenta.
“Acá no nos exigen nada, lo único que pedimos es un certificado médico para saber si está apto para realizar la actividad. Después de este caso del jugador de Laferrere, sería bueno comenzar a pensar en controles más rigurosos en este fútbol amateur” sostuvo Gabriel Battistella, dirigente de Sol de Mayo.
La respuesta se réplica en otro club de la capital rionegrina, Villa Congreso. Su dirigente y delegado, Onofre Bahamonde, sostuvo que “siempre que llega un jugador al club se le realiza un estudio psicofísico, es un chequeo general, pero no son controles rigurosos”.
En tanto Deportivo Patagones tiene un convenio con una clínica viedmense y cuenta con un médico en el plantel técnico por prevención, algo que no ocurre en los dos equipos viedmenses.
“Para seguridad del club, todos los jugadores pasan por el electrocardiograma, hace poco detectamos a un chico de 11 años una enfermedad cardíaca y no le permitimos seguir haciendo fútbol por precaución” aseguró el presidente del Tricolor, Rubén Pérez.
Por último, un caso que expone la fragilidad del asunto
–¿Qué estudios se le realizan a los jugadores? –preguntó este diario.
–Ninguno, respondió una voz autorizada de San Martín.
–¿Tuviste alguna mala experiencia?
–Por suerte no.
La suerte como la razón principal de que nada pase hasta que pasa y los muerte nos empuja a hablar de ella.
(AR/AC/AN/AB/AV)
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