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El centro de convenciones quedó en el olvido en Bariloche

Es un viejo reclamo del sector turístico y tuvo varios impulsos, pero ninguno prosperó. Desde el sector empresario destacan la importancia para las bajas temporadas y la necesidad de la inversión por parte del Estado.

El centro de congresos y convenciones se convirtió en una de las tantas eternas promesas de obras en Bariloche, con anuncios, idas y venidas, que vuelve a escena cada dos o tres años.

Con números récord de ocupación durante el verano y una temporada baja -que promete no ser tan baja-, el proyecto del centro de congresos y convenciones, una vez más, quedó en el olvido.

Así lo reconoció Julieta Rimoldi, presidenta del Bureau Bariloche. “Si bien había voluntad, no hay ningún avance en el tema”, dijo.

Antes de la pandemia, el gurú uruguayo en el segmento de turismo de reuniones, Arnaldo Nardone, visitó Bariloche y adaptó el proyecto original con la propuesta de un centro más pequeño, “adaptable, económico y sustentable”. Jamás se avanzó, según indican, por falta de fondos.

Hoy, Bariloche cuenta con 12 establecimientos acordes para realizar congresos que disponen de, al menos, dos salas para más de 50 personas. Rimoldi aclaró que estos eventos requieren, por lo general, de 7 a 10 salas y ningún lugar de Bariloche tiene esa capacidad. “Los organizadores de eventos se ven en la disyuntiva de contratar a varios establecimientos para brindar esos servicios y terminan eligiendo otro destino”, reconoció.

En 2019, antes de la pandemia, Bariloche albergó 324 eventos que atrajeron a más de 50.000 visitantes en abril, mayo, septiembre y octubre, los meses claves para realizar eventos. “Bariloche recibe a mucha gente que participa de este segmento. Solo que no se percibe”.

Rimoldi calificó al turismo de reuniones como “un medio para un fin. Las salas para los eventos, en general, no son el negocio en sí mismo; por eso, no son privadas. En un evento, el grueso del gasto no está en la sede, sino en el aéreo, en la hotelería y gastronomía. Por eso, se requiere inversión estatal para construir el centro. El usufructo puede ser público o público-privado, pero es otra discusión”.

Al ser consultado, Fernando Gorbarán, presidente de AOCA (Asociación Argentina de Organizadores y Proveedores de Exposiciones, Congresos, Eventos y Burós de Convenciones), aseguró que debe haber un acuerdo social y político para que una ciudad invierta en un centro de congresos.

En relación a la falta de definiciones en Bariloche, planteó: “Por ahí, el sector no ha logrado visibilizar la importancia que esto tiene. Es difícil entender que un destino turístico como Bariloche no tenga la infraestructura que permita expandir la oferta en este segmento”.

Puso como ejemplo recientes proyectos de grandes hoteles que cuentan con un centro de convenciones. “¿Por qué? Porque ven la potencialidad de la actividad”, resaltó.


La importancia del derrame


La mayoría de los centros de congresos y convenciones son públicos porque el derrame económico queda en la ciudad.

Gorbarán advirtió que uno de cada cuatro turistas viajan por negocios o convenciones. “Cuando uno mira ese escenario, entiende la relevancia del segmento del turismo de reuniones y su impacto económico. En dos años de pandemia, se perdieron 65.000 millones de pesos en Argentina. En 2019, el sector generaba 35.000 millones de pesos y empleaba 220.000 personas de manera directa e indirecta”, señaló.

“¿Qué implicaría para Bariloche”, preguntó Río Negro. “Basta el ejemplo de muchos destinos de Argentina -como Paraná, Salta, Mar del Plata y Córdoba- que han tomado la decisión, desde el sector público, de invertir en centros de convenciones”, respondió.

Recalcó que “una ciudad con capacidad hotelera e infraestructura capta eventos de otro volumen. Otras ciudades lo han entendido”.


La historia de un proyecto trunco


El proyecto del centro de congresos y convenciones se remonta a fines de los años 60, con la estructura conocida como “Elefante Blanco” que quedó trunca en la calle Pasaje Gutiérrez donde hoy se construye el teatro público.

Guillermo Mulleady hizo el proyecto del centro de congresos y convenciones en 2001. Foto: Marcelo Martinez

En 2001, el arquitecto Guillermo Mulleady ganó el concurso impulsado por el municipio y el BID, con su proyecto del centro de congresos y convenciones, a metros del Centro Cívico y del lago Nahuel Huapi. Se trataba de un edificio de 10.000 metros cuadrados con capacidad para 2.500 personas.

La controversia por el lugar dilató el impulso. “El problema de la localización fue discutido políticamente, no técnicamente. Por eso, en 2009 se readecuó el proyecto al edificio de Movilidad de Parques”. Nación pagó un nuevo estudio de prefactibilidad que sugirió que la localización ideal era en el kilómetro 8. De nuevo, el proyecto quedó en la nada.

En 2017, el especialista uruguayo Arnaldo Nardone fue invitado a disertar sobre el proyecto en Bariloche. “Lejos de reafirmar el último estudio, sin que nadie lo esperara, Nardone manifestó que el lugar ideal era que el que habíamos planteado con el proyecto ganador”, contó Mulleady.

Tampoco en esa ocasión se llegó a ningún acuerdo para avanzar y el proyecto quedó encajonado. Además se perdió la oportunidad de inversión con el Plan Castello.


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