Gennuso revisó su plan de asfalto y ahora promete inversiones por más de 1.000 millones
El gobierno anunció la pavimentación de 80 cuadras. No precisó la fuente de financiamiento. En mayo fracasó un proyecto para que los vecinos paguen por el asfalto.
El intendente de Bariloche Gustavo Gennuso anunció una nueva batería de proyectos de pavimento para distintos sectores de la ciudad, luego de tropezar con el abierto rechazo de los barrios del oeste para que los vecinos costeen las obras de su propio bolsillo.
El municipio cuenta desde hace cinco años con una ordenanza que regula el sistema de “contribución por mejoras” que permite hacer obra pública con cargo a los beneficiarios, tanto directos como “indirectos”. Pero nunca la había estrenado. El primer intento salió a escena hace un par de meses y fracasó por la resistencia presentada por las juntas vecinales de Los Coihues, Casa de Piedra, Nahuel Malal y Jockey Club, entre otras.
Ahora el Ejecutivo presentó un nuevo proyecto de pavimento que comprendería unas 80 cuadras “por una inversión superior a los 1.000 millones de pesos”. La información no aclara cuál será la fuente de los recursos. Solo subraya que el municipio ya ha realizado obras periódicas de pavimento “en varios sectores de la ciudad”, todas con fondos públicos, mientras que en otros “los vecinos han rechazado hacerlo, delegándole toda la responsabilidad al Estado”.
Gennuso ya había anticipado hace algunos días, durante un acto en el aeropuerto, que tenía listo un plan de asfalto por 1.000 millones de pesos. Desde entonces, a pesar de los intentos de este medio, se negó a brindar más detalles.
El gobierno asegura que el procedimiento de contribución por mejoras “es una propuesta que sigue abierta a todos los barrios interesados”, pero no existen en marcha nuevas operatorias de ese tipo, al menos que se hayan hecho públicas.
La convocatoria abierta y ampliamente difundida es indispensable porque todos los vecinos deben estar informados para manifestar su conformidad u oposición al proyecto. La ordenanza establece que si el 30% de los potenciales beneficiarios manifiesta su rechazo, el proyecto no se realiza. Cuando el municipio intentó avanzar en el oeste con ese esquema aclaró que para firmar en oposición había que tener libre deuda de tasas, lo cual potenció el disgusto de los vecinos.
De haber ingresado en el mecanismo que diseñó Obras Públicas, cada vecino debía pagar entre 90 mil y 190 mil pesos, en planes de hasta 36 cuotas, con descuentos por pago al contado.
Mucho por hacer
El municipio reconoció que alrededor del 80% de las calles de Bariloche son de ripio e imponen un panorama que “se complejiza en invierno”, cuando la lluvia y la nieve provocan un deterioro constante y obligan a costosos operativos de mantenimiento. A eso se suma el mal estado por envejecimiento de muchos de los pavimentos ya existentes.
La gestión Gennuso ya había planteado hace más de tres años una propuesta para pavimentar las calles incluidas en los recorridos del transporte que todavía son de ripio, sobre todo en los barrios del Alto, y afrontar las obras con el producto de una tasa al combustible.
Lo presentó como un “plan de infraestructura vial” presupuestado en aquel momento en 800 millones de pesos. Un valor que, actualizado, superaría largamente los 1.000 millones de hoy. Pero el proyecto nunca avanzó en el Concejo y por ahora quedó desactivado.
En los años siguientes hubo algunas obras de pavimento como el acceso a Colonia Suiza, el acceso a Las Victorias, la colectora de Bustillo en el kilómetro 13 y la calle Morales, en el barrio El Mallín, que se ejecutará la próxima primavera y que no representaron costo alguno para los vecinos, porque son costeadas con fondos del municipio o con aportes de la Nación y de provincia.
A pesar de las dificultades para avanzar con el sistema de pago prorrateado entre los frentistas, Gennuso está decidido a desarrollar un plan de asfalto de vasto alcance.
En el oeste no se volvió a hablar de las obras que los vecinos se resisten a pagar, pero en el plan anunciado ahora figura de todos modos la pavimentación de la ruta provincial 79, incluida en ese perímetro.
También aparecen algunas repavimentaciones en el área céntrica como la avenida Costanera, 20 de Junio y la calle España, y otras de asfalto nuevo, que esperan desde hace años, como la troncal Charcao, en el barrio El Frutillar.
La presidente de la junta vecinal de ese barrio, María Villarroel, dijo desconocer el proyecto y se quejó de que no exista un plan integral: “primero que hagan los pluviales y el cordón cuneta, el asfalto después. Acá las casas quedan aisladas y no podemos salir”.
Sobre la posibilidad de afrontar las obras con un pago en cuotas por parte de los vecinos la dirigente dijo desconocer la opinión de sus pares pero anticipó que ella está en contra.
Más prioridades
Otras obras incluidas en el paquete serían el asfalto de Padre Monteverde en el este, José Hernández en El Cóndor y parte de la colectora de la ruta nacional 40, en el Alto.
El gobierno municipal destacó que el sistema de contribución por mejoras se aplica en todo el país “y es de suma relevancia, ya que los frentistas aportan a la valorización de su propiedad a través de una obra pública y al mismo tiempo se mantiene un fondo permanente para que se siga pavimentando”.
Pero hasta ahora ese argumento no ha convencido a los potenciales beneficiarios, al menos en la zona oeste. El municipio comunicó en abril pasado la idea de iniciar obras de asfalto con cargo a los vecinos. A las pocas semanas realizó una presentación en el barrio Los Coihues donde el rechazo fue masivo. Días después había convocado otra reunión similar para los 11 barrios cercanos a la ruta 79 y la calle Los Tordos (el tramo que se ibaa a pavimentar), pero los vecinos adelantaron su malestar y comenzaron a juntar firmas de rechazo.
El gobierno suspendió aquella convocatoria a último momento con el compromiso de revisar el proyecto, pero no hubo ninguna nueva presentación, al menos pública, hasta que Gennuso lanzó esta semana el nuevo plan de los 1.000 millones.
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