Arte urbano: murales de Fio Silva en dos edificios de departamentos de Roca

Las enormes pinturas interpelan al lugareño y al paseante por igual. El complejo queda en la Ciudad de las Artes.

Detrás de cada mural hay siempre una historia.

Una historia de sueños, deseos e imaginarios que empiezan siendo íntimos y privados para luego convertirse en públicos y colectivos. Que empiezan siendo estéticos para terminar siendo éticos, en muchos casos.

Mucho de esto habla la obra que está terminado por estos días Fiorela Silva, una de las muralistas más encumbradas de la Argentina, en un complejo de departamentos ubicado en la Ciudad de las Artes, en Roca.

“En los últimos años el muralismo ha ido creciendo alrededor del mundo dando lugar a barrios artísticos maravillosos, donde uno se va impregnando de arte al caminar por sus calles. La idea desde el vamos fue construir un complejo de departamentos que tuviese una potente intervención artística que transmitiera fuerza y belleza. Que no fuese un agregado de último momento; todo lo contrario, los murales fueron la génesis de todo. Y una vez terminados quizás lleguen a ser motivadores para que otros proyectos urbanísticos comiencen a utilizar sus frentes para gestar expresiones artísticas, tanto en esta ciudad como en la región. Ese es nuestro anhelo, también”, comenta quien oficia de vocera del grupo familiar inversor de este condominio ubicado en Gelonch al 2000.

“Queríamos concretar algo inspirador no solo para quienes lleguen a habitar este complejo sino para todos los que vivimos en Roca y, en especial, para los jóvenes que estudian aquí, en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes”, agregan.

¿Cómo llegaron a Fiorela Silva? “Cuando definimos que deseábamos hacer una obra sobre la flora y fauna de la zona fuimos buscando muralistas que hicieran naturalismo o botánica. Ahí fue que mirando trabajos de artistas de Buenos Aires llegamos al Instagram de Fiorela”, comparten. Y ahí flashearon de inmediato. “Por su forma de retratar los animales, de su arte para darles vida, llenos de color y movimiento… todo esto nos llevó a elegirla a ella”. Ella. Quién es ella.

Ella parece andar liviana de mochila por la vida. Ultra delgada, 29 años, con calzas y remeras manchadísimas de pinturas látex e hidroesmalte. Ahí, lista para el diálogo. Desde el autoelevador o en un descanso en la vereda.

¿Cómo fue pintar allá arriba días atrás,con tanto viento?

El viento no me molestó tanto como el sol y el calor, que fueron realmente intensos. El pintar en la calle lleva mucho esfuerzo físico y también con el transcurso de los días uno va entendiendo la posición del sol en los muros.

Qué lindo esto de que la gente pase por acá, por la calle, y se pare a mirar tu trabajo.

Siempre influye el contexto y las situaciones que pasan mientras se realiza el mural. En este sentido recibí mucha buena onda y atención de los vecines. Fue genial y gratificante.

¿Cómo definís el estilo de tu muralismo?

Me cuesta un poco definirlo. Creo que es una combinación de las referencias de fotos que uso y la parte de improvisación, disfrutando siempre el momento. Creo que viene también de mis inicios cuando salía a pintar con mucha gente que venía más de la rama del graffiti pero yo siempre pinté caracteres.

Hoy se mezcla un poco esa cosa efímera de pintar por pintar y usar pincel o aerosol con una intención de querer ordenar o tener en cuenta un poquito más la perseverancia del muro pintado.

Mi trabajo es una combinación de sumergirme un rato en el mundo animal y sobre todo de las aves, porque me relaja, me saca de la lógica diaria. Me gusta mezclar eso con situaciones o elementos más oníricos y fantasiosos. Es un escape y una necesidad. Siempre que lo hago escucho música o algún programa de radio donde se habla y debate.

¿Cómo llegaste al muralismo?

Soy de Villa Tesei, Hurlingham, Buenos Aires. Mientras estudiaba diseño de imagen y sonido en la UBA una amiga me regaló aerosoles cuando cumplí 20 años. Salí a pintar a la calle y a partir de ahí busqué poco a poco el modo de poder vivir de ello.

¿Qué te dicen las ciudades desde sus paredes pintadas?

Creo que el espacio público es una representación de quiénes somos como sociedad o al menos tendría que serlo. También sucede que refleja quién o cómo quieren que seamos. Creo que una pared con un contenido es mejor siempre que una gris y vacía. La protesta y la felicidad nunca pueden dejar de existir en la calle, es nuestro lugar para manifestarnos y compartir.

¿Cómo llegaste a esta obra en Roca?

Me contactaron en 2019, y me pareció un proyecto re lindo e interesante. De inmediato me dieron muchas ganas de hacerlo. Se interesaron por mi estilo y en base a ello pensamos hacer una intervención que tenga presente especies de animales de la zona, para que los muros tengan una relación con el contexto y los seres que lo habitan.

Ahora que estás a horas de terminar todo, ¿qué fue de aquella idea inicial del boceto en el papel?

Ahora estoy viviendo más una especia de reflexión de las cosas que pasaron y de la gente copada que conocí en este lugar. Todo confluyó para me hicieran sentir muy bien. Y esto quedará plasmado, de ahora en más, aquí.

Contemplando este trabajo tuyo podría pensarse como un pedido de que debíeramos tener más paredes y muros pintados.

Claro que sí. Porque además de ser un oficio, está buena la intervención urbana como una expresión cultural y política, entre otras. Es contenido que se comparte, que se ve y se toca, y es también un camino a repensar los espacios públicos como tales. Por ello es que espero que estos murales aquí logren mover a quienes lo vean, que generen algo. Sobretodo espero que pueda ser un aporte para que quienes quieran hacerlo, trabajar de pintar o tener algo en sus paredes.

Tu vida de ahora en más.

Vuelvo a Buenos Aires y a fines de mayo viajo a Europa por unos meses a trabajar. Hasta ahora he tenido la posibilidad de trabajar en varios países de Latinoamérica y Europa. En Asia solo pinté en Vietnam.

IG @fio.silva

Tocar con la belleza a quien los mire

Que el complejo de departamentos tuviese murales fue la idea de base para esta inversión económica. “A partir de los murales es que se pensó el diseño y la construcción de este complejo formado por dos edificios con el estudio de arquitectura local de Albeniz-Fernández”, comentan los propietarios. Un edificio está conformado por monoambientes y el otro por departamentos amplios de una habitación; dos de ellos tienen patios privados. Y otros tienen balcones con vista al frente unos y otros con vista al canal secundario que corre en la parte trasera del complejo.

“El trabajo previo con Fiorela fue muy simple. Lo primero fue transmitirle la idea de lo que buscábamos.Luego compartimos fotos de flora y fauna regional. Ella fue haciendo bocetos y los íbamos ajustando después entre todos. Veíamos los tonos y los colores, también. Decidimos primero que dos garzas irían en el plano principal de la entrada…y así sucesivamente en un proceso bien creativo y entusiasta. Llegar a la idea final llevó unos dos meses”, afirman los responsables de este emprendimiento urbanístico.

Y hoy, a punto de estar totalmente terminado, viven que aquello que estaba en papel adquirió vida en los murales. “Los colores de fondo, las líneas que generan el movimiento y el trabajo magnífico de sombras y luces más los infinitos detalles superan lo que inicialmente imaginamos”, admiten. “Cuando uno se detiene a observar estos murales desde la calle algo se transforma en nuestro interior. Ese era uno de los objetivos. Tocar con la belleza a quien lo mire, y que quizás eso, sea inspiración para una mejor vida cotidiana”, subrayan.


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