Nación pone a la venta el único bloque que tiene en Vaca Muerta

Integración Energética Argentina (Ieasa) licitará el área Aguada del Chañar. El yacimiento fue una apuesta fuerte pero nunca alcanzó la producción esperada. A pesar de que se invirtieron más de 140 millones de dólares, hoy no está en actividad.

En octubre de 2012 se perforó el primer pozo no convencional en el sector. Funcionó por pocos años, hasta el 2017. (Foto: Archivo)

«Clara oportunidad en Vaca Muerta”, remarca la presentación de la licitación nacional e internacional que este martes puso en marcha Integración Energética Argentina (Ieasa) para adjudicar el único bloque que Nación posee en la formación no convencional.

El proceso licitatorio permanecerá abierto para la recepción de ofertas hasta el 31 de mayo y se estima que dos semanas después se adjudicará al nuevo titular el bloque Aguada del Chañar, un área hidrocarburífera de la Cuenca Neuquina plagada de historias y, por ahora, con un no tan buen final.

La oferta lanzada por Ieasa, la exEnarsa, es integral. Comprende tanto una concesión convencional sobre el bloque que vence en 2039, como una concesión no convencional hasta 2053, ambas extendibles por diez años más.

La oferta

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son las concesiones que posee el bloque: una convencional, otra no convencional y una tercera por el gasoducto.

A su vez, la transacción va atada a un gasoducto de 42 kilómetros de extensión cuya concesión para la operación también vence en 2053 y que se vincula con varias instalaciones en superficie entre las que se destaca una planta de tratamiento de gas que se conecta con Loma Campana y una batería con tres tanques de almacenaje de petróleo por un total de 480 metros cúbicos.

Aguada del Chañar fue uno de los primeros bloques en perforar Vaca Muerta. En 2012 en el yacimiento Bosque Chañar (el área tiene dos yacimientos) se realizó el primer pozo con destino en shale oil que arrojó una producción acumulada hasta 2017 de 4.656 metros cúbicos, algo así como 29.300 barriles de petróleo.

La planta y el gasoducto entraron en funciones en el 2015. (Foto: Gentileza)

Pero no por ser de los primeros fue de los mejores. La exEnarsa literalmente enterró en Aguada del Chañar 140 millones de dólares y montó el gasoducto y la planta con apenas tres pozos perforados.

El año pasado la provincia de Neuquén le otorgó la concesión no convencional y desde Gas y Petróleo del Neuquén (GyP) se compensó la deuda que se les reclamaba con la cesión de su 50%, de forma tal que Nación puede ahora licitar el 100% del bloque.

Desde Ieasa se espera readjudicar el bloque el próximo 14 de julio y proceder a la firma del contrato de transferencia antes de terminar el semestre.

Los interesados en hacerse con el área deberán por un lado superar una oferta base baja, de sólo 10 millones de dólares. Es que con la adjudicación concentrada deberán dar cumplimiento al plan piloto que tiene comprometido el área por otros 10 millones de dólares y cuyo vencimiento opera en 2020.

Desde las operadoras cercanas estiman que los interesados en el bloque de 47 kilómetros cuadrados deberán disponer de cerca de 30 millones de dólares para reactivarlo.

La oferta parece tentadora dado que además de tener documentada la existencias de gas en la formación Lotena y crudo en Sierras Blancas, el bloque linda con otros que han sido exitosos en la búsqueda del crudo de Vaca Muerta, como es La Amarga Chica (YPF-Petronas).

Pero en realidad de los nueve pozos perforados tres están sin completar y ninguno registra producción desde el 2017. Además las instalaciones y el gasoducto montado chocan contra el perfil productor de los bloques vecinos que se centra en el petróleo y no es la búsqueda de gas.

De la promesa al fiasco y el reclamo a Neuquén

Corría el año 2010 cuando Gas y Petróleo del Neuquén (GyP) selló un acuerdo de asociación que fue festejado tanto por la provincia de Neuquén como por Nación. La asociación con Enarsa para el desarrollo de Aguada del Chañar era entonces la mejor muestra de una alianza para el desarrollo.

Desde el organismo nacional se encaraban las inversiones y GyP debía responder con su 50% del bloque por medio del sistema de acarreo.

Bajo la gestión de Julio De Vido se avanzó en la construcción de un gasoducto y una planta para tratar hasta 1,1 millones de metros cúbicos de gas por día, pero en momentos en los que la producción apenas rozaba los 200.000 metros cúbicos. La obra fue realizada por CPC, una firma de Cristóbal López.

En un par de año se volcaron 140 millones de dólares pero la producción esperada nunca se alcanzó. Un buen indicio de su compleja operación lo había dado ya en 2009 YPF cuando le devolvió el área a la provincia.

Para el 2017 el bloque había dejado de producir y desde el gobierno nacional se comenzó a reclamar a GyP que pague su 50%, es decir unos 70 millones de dólares. La cuenta se saldó el año pasado con la transferencia del 100% del área ahora en venta.


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