“¿Necesita la Biblia un arreglo?”

Aprovecho el espacio que nos brinda este diario para contestar la nota firmada por el Sr. Jorge Gadano (a quien respeto mucho) y publicada el 8 del corriente titulada “La Biblia necesita un arreglo”. Me llama la atención que un periodista con una gran trayectoria y profesionalismo aplique una interpretación de la Escritura que es más bien una práctica de iglesias de corte fundamentalista o pentecostal. Si leemos la Biblia sin hacerle preguntas, sin hacer una exégesis histórico-crítica de los textos, lo único que conseguimos es una gran confusión y, peor aún, comparando la Biblia con la realidad actual, una lectura literal nos deja sólo como “alternativa” a Feuerbach, es decir, todo un invento humano. En otras palabras: todo depende de nosotros, ya que estamos absolutamente solos en el universo y en nuestra Tierra. ¿En qué época fue redactado el primer relato de la Creación? ¿A quién se dirige? Y lo más importante: ¿qué quiere decir, cuál es su mensaje? Son algunas de las preguntas básicas que le hacemos a este libro tan antiguo (pero no anticuado). La primera de las dos versiones del relato de la Creación, la que habla de los seis días y de la intervención divina en forma directa como por arte de magia, no es el texto más antiguo de la Biblia, todo lo contrario: es la respuesta a una situación concreta. El pueblo de Israel en el exilio de Babilonia (750 años a. C.), cuando muchos, en el transcurso de los años, comienzan a “asimilarse”, es decir, cuando los israelitas de a poco abandonan la fe en el Dios que los liberó de la esclavitud de Egipto, el Dios de sus padres, el Dios que una y otra vez se manifiesta en la historia de su pueblo. Para los hijos nacidos en el exilio los dioses babilónicos fueron mucho más atractivos: el sol, la luna, las estrellas… en fin, todo el universo. El horóscopo, tan popular entre nuestros jóvenes y no tan jóvenes, tiene su origen en las religiones antiguas de la Mesopotamia oriental. Los babilonios les concedieron poderes divinos a los astros, les ofrecieron sacrificios a estos dioses. Es por eso que los sabios y ancianos del pueblo (en el exilio) empiezan a preocuparse como se preocuparon nuestros abuelos, que vieron cómo sus hijos ya no querían saber más nada de lo que han traído desde el otro lado del océano… sus costumbres y tradiciones, la fe de sus antepasados. Entonces se pusieron a sistematizar y escribir todo aquello que desde tiempos inmemoriales se había transmitido en forma oral: que hay un solo autor de todo lo que existe, un Creador, una causa inicial, y que toda la Creación responde a esa voluntad creativa y creadora. El sol, ¿qué es? Una estrella, manifestación de la voluntad divina; en términos “populares”, una “lámpara”. Dios aprieta el botón y se hace luz. ¿Qué quieren decir los autores del texto? Que no nos interesa en cuántos días Dios hizo el mundo ni tampoco cómo lo hizo; lo único que interesa es que existe un solo Dios que es el Creador y sostenedor del Universo y de todo lo que existe. No estamos solos, no todo depende de los humanos, ¡gracias a Dios! A él todo responde, a él todos hemos de rendir cuentas. Dr. h. c. y Lic. Reiner Kalmbach pastor luterano San Martín de los Andes

Dr. h. c. y Lic. Reiner Kalmbach pastor luterano San Martín de los Andes


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