No descartan que se haya suicidado el joven de Roca
Hallaron el cuerpo en su casa al atardecer en el barrio Tiro Federal. La víctima: un hombre de 34 años.
POLICIALES
ROCA (AR).- Oscurecía en el barrio Tiro Federal y en la esquina de Ameghino y Colón la policía cortaba la calle con una cinta de peligro, mientras un grupo cada vez más numeroso de mujeres y niños lloraba la muerte de Pablo Alfredo Padilla. En los alrededores, decenas de vecinos contemplaban la escena, repetida varias veces en ese sector de Roca, en especial desde que se multiplicaron allí los “quiosquitos” de droga. De fondo, el paisaje sólo mostraba el murallón trasero del Penal 2 y el basural del “zanjón” de la calle Defensa.
El joven de 34 años fue encontrado muerto ayer dentro de su casa, con un tiro en la cabeza, y anoche los investigadores policiales y judiciales trabajaban en la hipótesis de que hubiera sido asesinado y comenzaban a cercar las sospechas sobre un grupo reducido de personas. Una de ellas declaraba al cierre de esta edición en la Comisaría 21ª, en el marco de la investigación que encabezaba la fiscal Ana Benito.
“Lo mataron a sangre fría”, gritaba entre llantos una de las hermanas de Padilla, abrazada a su madre y a otros familiares a metros de la casa de la víctima.
Sin embargo, en un breve diálogo con este medio la mujer dejó un lugar para la duda: “Todavía no sabemos nada, si se mató o lo mataron… pero él no tenía armas”, dijo. Sin embargo los peritos que inspeccionaron la vivienda y encontraron a Padilla con un tiro en la sien no hallaron ningún arma de fuego cerca del cuerpo, desterrando casi de plano la primera opción.
Hoy por la mañana, en declaraciones a una radio, la madre del joven fallecido dijo que el arma estaba junto al cuerpo cuando entró a la casa, y que ella misma la retiró del lugar, lo que hacía avanzar la hipótesis de que se trató de un suicidio.
Se esperaba el informe de autopsia para llegar a una certeza sobre la causa de la muerte.
Cuando llegaron al lugar los primeros efectivos de la Unidad 21ª, poco después de las 19, en el barrio reinaba la tensión. Un grupo de personas presuntamente allegadas a la víctima apedreaban una casa ubicada a unos metros detrás de la vivienda de Padilla. Junto con las piedras iban los gritos incriminatorios por el asesinato, y ante el temor a que se generaran incidentes más violentos la policía pidió refuerzos de otras unidades.
“Los vecinos de atrás lo amenazaban, no lo dejaban tranquilo hacía dos o tres días, le sacaban las chapas del terreno, tiraban piedras… son personas violentas, que toman y se drogan”, relató desconsolada la hermana de Padilla. (Redacción Central)
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