Nuevo rastrillaje a un año de la desaparición de Silvia Vázquez Colque

Un nuevo rastrillaje en la zona rural del Idevi se realizó hoy al mediodía, hasta el momento, sin resultados positivos, en el marco de la búsqueda por la desaparición de Silvia Vázquez Colque ocurrida el 4 de junio del año pasado.

Según informaron desde el Ministerio Público, una comitiva encabezada por la fiscal Paula Rodriguez Frandsen se constituyó este martes en una chacra que en su reciente declaración habría sido señalada por Beatriz, la madre de Silvia, como el sitio en el que Tola, el marido de la mujer desaparecida y padre de sus cuatro hijos, solía ir a buscar leña.

En el lugar, se removió un vehículo abandonado y debajo se excavó debido a que había indicios de que podrían haber movido ese suelo. Las tareas no permitieron mayores avances en la investigación.

La madre de Silvia Vázquez Colque arribó desde Potosí a Viedma días atrás junto a Verónica, hermana de la mujer que fue vista por última vez hace un año con el objetivo de sumar su testimonio a la causa. Además, participó de la marcha de #NiUnaMenos del 3 de junio.

La versión de Beatriz Colque es clave ya que la mujer, de avanzada edad estuvo el día de la desaparición de su hija con ella en Viedma. Había arribado de paseo días antes, recorrieron la zona junto con el marido de la mujer y sus cuatro niños.

Beatriz recordó que ese día fueron a ver un partido de fútbol en las chacras y a su regreso la dejaron en la vivienda en la que vivían, al cuidado de los chicos y volvieron a salir. Al despertarse al día siguiente, Silvia ya no estaba y Thola aseguró que se había por sus medios y con otro hombre.

La mujer, a los pocos días, regresó a Bolivia, impulsada por su propio yerno.

El hombre había atacado a Silvia en enero del año pasado, hecho por el cual fue condenado a un año y dos meses de prisión en suspenso por las lesiones leves provocadas a su esposa, unos meses antes de que desapareciera.

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Thola fue detenido el 1 de enero de 2017 y a los pocos días procesado con prisión preventiva por considerar el entonces juez penal Carlos Mussi que “la intención homicida del imputado quedó debidamente acreditada, no solo por haber utilizado un elemento capaz de generar la muerte de su pareja, sino, los lugares elegidos para asestarle las puñaladas”.

El magistrado le imputó “homicidio agravado por la relación de pareja, en grado de tentativa” y dispuso que continuara detenido. También ordenó al ministerio de Desarrollo Social de Río Negro que en forma inmediata y articulada con el Consejo Provincial de la Mujer presentara ante el juzgado penal un plan de abordaje respecto del conflicto intra familiar de violencia que se presentaba en esta causa.

Esa resolución de Mussi fue apelada por la defensa y luego el hombre fue liberado al hacer lugar el juez de Cámara, Carlos Reussi, al planteo del defensor oficial, Pedro Vega, sostenido por el Fiscal de Cámara, Fabricio Brogna, en relación a que no quedaron certificadas las lesiones graves punzantes sino una presión con un elemento filoso y deslizamiento, maniobra que “no puso en riesgo la vida de la mujer”, según consignó el informe forense.