Obama recuerda que su matrimonio casi termina por la presidencia

El expresidente de Estados Unidos publicó "Una tierra prometida", el primer tomo de sus memorias. Allí relata las experiencias que atravesó en su carrera política y cómo afectó su vida familiar.

Como si no fuera suficiente con haber sido el primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos, Barack Obama volvió a romper un molde con la reciente publicación del primer tomo de sus memorias. En «Una tierra prometida», que llegó a las librerías de todo el mundo hace menos de una semana, Obama recrea de manera descarnada, pero a la vez sin dramatismo, cómo afrontó -y asimiló- las diversas experiencias por las que atravesó en su carrera hacia la Casa Blanca y, sobre todo, una vez que estuvo en ella.

El estilo ameno y la naturalidad con que fluye el relato, no disimulan el asombro por los hábitos y las responsabilidades que debe asumir el gobernante de una de las mayores potencias mundiales.

Así, Obama alterna la evocación de cuestiones tan disímiles como la necesidad de mudar de ciudad y cambiar de escuela a sus hijas pequeñas en medio del ciclo lectivo, y la sensación de quien, de un día para otro, pasa a cargar con «la autoridad para hacer explotar el mundo».

Con el mismo tono, el autor recrea sus desvelos, y los de su esposa Michelle, por evitar que la vida excepcional que se aprestaban a comenzar a vivir a partir del 20 de enero de 2009 afectara la formación de sus hijas, y algunos detalles que, no tantos años después, llevan a añorar una época de convivencia democrática a la que la creciente polarización política parece haber puesto entre paréntesis en buena parte del mundo occidental.

También escribió sobre cómo la relación con su esposa se vio afectada por su carrera política y reveló que hubo un momento en que casi se separaron durante su carrera presidencial. Fijó en el momento en En las páginas de su libro recordó que su matrimonio empeoró cuando le dijo a Michelle que quería postularse para presidente. 

«Ella me miró fijamente y se levantó del sofá. ‘Dios, Barack … ¿Cuándo será suficiente?», escribió. «Antes de que pudiera contestar, se fue al dormitorio y cerró la puerta», agrega.

Además, señaló que su relación tampoco mejoró cuando fue elegido como el 44º presidente de los Estados Unidos. Barack describió un «trasfondo de tensión en Michelle, sutil pero constante» y una «soledad» con su esposa que le preocupaba si se desenamoraban.

«Había noches en las que, acostado junto a Michelle en la oscuridad, pensaba en esos días en que todo entre nosotros se sentía más ligero, cuando su sonrisa era más constante y nuestro amor menos agobiado», escribió. «Y mi corazón se apretó repentinamente al pensar que esos días podrían no regresar».

«Esa fue la verdad de nuestro tiempo en la Casa Blanca… Michelle creía mucho en el trabajo que hacía, pero era menos optimista sobre lo que podía hacer. Es más escéptica sobre la política y más consciente de los sacrificios a la familia«, declaró en la entrevista.

«Durante el tiempo que estuvimos allí, Michelle sintió esta tensión subyacente. La presión, el estrés, de tener que hacer todo bien, de estar ‘activo’ en todo momento», añadió.

El expresidente también reveló que su pareja a menudo no expresaba sus preocupaciones sobre su relación, debido a la ocupada carrera de su esposo. «Hubo momentos en los que creo que ella estaba frustrada, triste o enojada, pero sabía que tenía que preocuparme por Afganistán o la crisis financiera«, dijo.

Al final, Barack revela que lo que salvó su matrimonio fue cuando dejaron la Casa Blanca en 2017, y le cedieron el puesto a Donald Trump y Melania Trump. «Fue como una gran exhalación justo después de que dejamos la oficina… Me tomó un tiempo hablar sobre cómo se había sentido», dijo Obama. 


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