Armas nucleares: ¿cuáles son las reales intenciones de Rusia?

Didier Lauras/AFP


Como ocurre con frecuencia, Putin maneja la amenaza nuclear sin cambiar por lo tanto de doctrina. Y con frecuencia se contradice con otras declaraciones públicas que se refieren al tabú del arma suprema.


Al anunciar el despliegue de armas nucleares en Bielorrusia, su aliado frente a Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin reproduce un modelo utilizado por los estadounidenses en Europa pero hay muchas dudas sobre sus reales intenciones.

Como en varias ocasiones desde el inicio de la invasión en Ucrania, en febrero de 2022, Putin esgrime con más fuerza la amenaza nuclear para mostrar a su opinión pública su determinación y presionar a los occidentales.

Y como en cada ocasión, las cancillerías y expertos occidentales relativizan su diplomacia nuclear.

El presidente ruso rechazó las condenas occidentales y subrayó que Estados Unidos desde hace tiempo ha desplegado armas nucleares en Europa.

Un argumento factualmente correcto. Estados Unidos despliega bombas en Europa desde hace décadas y varios países de la OTAN disponen de misiles capaces de llevar cargas convencionales o nucleares.

“Sabíamos ya que Rusia avanzaba hacia la opción de un acuerdo tipo OTAN con Bielorrusia (…). No hay nada nuevo”, escribe en su cuenta Twitter Jeffrey Lewis, experto estadounidense en no proliferación nuclear.

En la actualidad, Alemania, Bélgica, Italia, Países Bajos y Turquía disponen de ojivas estadounidenses.

Como siempre ocurre durante los anuncios de este tipo, los detalles son escasos y las preguntas muchas.

Los vectores de antemano: Putin indicó que diez aviones desplegados en Bielorrusia están “listos a utilizar ese tipo de armas”, y precisó que también trasladó misiles Iskander capaces de llevar una ojiva nuclear. Pero también se refirió a un “depósito especial” para almacenar armas nucleares desde el 1 de julio.

“Por ahora no hay ningún trazo de esta construcción y parece poco probable que sea terminada en tres meses”, explicó Marc Finaud, vicepresidente de la ong Iniciativas para el desarme nuclear (IDN).

Pavel Podvig, experto ruso independiente, considera “muy improbable y desde mi punto de vista imposible, que verdaderas armas nucleares sean trasladadas a Bielorrusia”.

Contradicción


Como ocurre con frecuencia, Putin maneja la amenaza nuclear sin cambiar por lo tanto de doctrina. Y con frecuencia se contradice con otras declaraciones públicas que se refieren al tabú del arma suprema.

En enero de 2022, dos meses antes de la invasión de Ucrania, Rusia había firmado con los otros cuatro miembros del Consejo de seguridad de la ONU una declaración donde se “subrayaba que una guerra nuclear no puede ser ganada”.

La situación geopolítica mundial cambió después, pero hace unos dias Putin recordó una posición parecida con su aliado chino Xi Jinping. “No puede haber vencedores en una guerra nuclear, y que esta guerra nunca debe ser desencadenada”, declararon de manera conjunta.

Marc Finaud destaca por otro lado que ambos recordaron “que ningún arma nuclear debe ser colocada en un país extranjero”. Putin “viola la propia posición constante de Rusia”, subraya.

“Por ahora es un anuncio. El riesgo de empleo no es inmediato”, confirma Finaud, inclusive aunque cada hipótesis de traslado de una ojiva nuclear aumente el riesgo de error, pirateo o accidente. Pero esta retórica rusa recurrente “hace también aumentar la demanda de disuasión en los países de la OTAN”, destaca Jeffrey Lewis. “Es esencialmente por eso que vemos a Suecia y a Finlandia buscando seguridad con la adhesión a la OTAN”.

La Campaña internacional para la abolición de las armas nucleares (ICAN), recordó que “un arma nuclear táctica” puede alcanzar 100 kilotones, seis veces más poderosa que la que “destruyó Hiroshima y mató 140.000 personas” en agosto de 1945. Pero esas bombas tácticas son, además, hasta 500 veces menos potentes que las mayores armas nucleares estratégicas.


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