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Cupo femenino en las empresas: necesidad irrefutable

Es innegable que la representación femenina en los directorios de las principales empresas argentinas sigue siendo baja.

La reciente derogación por parte de la Inspección General de Justicia (IGJ) de la resolución general 34/2020, que establecía la paridad de género en los órganos de administración de las sociedades, ha generado un debate candente sobre el rol de las mujeres en el mundo empresarial argentino. Sin embargo, más allá de los motivos legales esgrimidos, es crucial reconocer la importancia y los beneficios innegables del cupo femenino en las empresas.

Desde mi experiencia y perspectiva, destaco cómo la inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo no solo representa un avance hacia la equidad de género, sino que también conlleva beneficios tangibles para las empresas.

La diversidad de opiniones, experiencias y enfoques que aportan las mujeres en puestos directivos enriquece la toma de decisiones y fomenta la innovación, lo que a su vez impulsa el crecimiento y la competitividad empresarial.

Es innegable que la representación femenina en los directorios de las principales empresas argentinas sigue siendo baja.

Los datos revelados por estudios como el de KPMG muestran una realidad preocupante en la que las mujeres ocupan solo un porcentaje minoritario de los puestos de liderazgo.

Sin embargo, estos números son una clara llamada de atención sobre la necesidad urgente de promover políticas y prácticas que fomenten la igualdad de género en el ámbito empresarial.

La derogación del cupo femenino no debe interpretarse como un retroceso, sino como una oportunidad para reflexionar y reafirmar nuestro compromiso con la inclusión y la diversidad.

Es imperativo que las empresas reconozcan el valor intrínseco de contar con equipos directivos diversos y representativos de la sociedad en su conjunto.

En última instancia, el cupo femenino en las empresas no se trata solo de cumplir con una normativa legal, sino de avanzar hacia una cultura empresarial más inclusiva, equitativa y sostenible.

Es hora de que todas las partes interesadas, desde el gobierno hasta el sector privado, se unan en un esfuerzo conjunto para garantizar que las mujeres tengan un papel significativo y equitativo en la toma de decisiones empresariales.

La diversidad de género no solo es una cuestión de justicia, sino también de inteligencia empresarial y progreso económico.

*Empresaria de comercio exterior especializada en aduanas, logística y transporte internacional de cargas terrestres. Fundadora del Grupo Empresarial de Mujeres Argentinas (GEMA).

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