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El desafío de retomar el desarrollo sostenible

Reforzar el objetivo de “Erradicar la pobreza “ comprendido en la Agenda 2030’.

Durante esta primera quincena del julio neoyorquino, empezó a realizarse el Foro Político de Alto Nivel anual de la ONU sobre Desarrollo Sostenible [FPAN].

Múltiples crisis (desempleo, hambre, violencia, inseguridad, migraciones, ecología, etc.), resultaron decisivas para su convocatoria en pro de ir pergeñando mediante una inedita y plausible convergencia internacional, remedios y aplicaciones eficaces; en otras palabras, tensegridades innovadoras, resilientes, climaticamente sustentables.

Reforzar el objetivo de “Erradicar la pobreza “ comprendido en la Agenda 2030’, determinó ese evento organizado por el Consejo Económico Social de Naciones Unidas. Es una prolongación de la Cumbre sobre los ODS acontecida en septiembre 2023’ y prolegómeno de la próxima Cumbre del Futuro prevista para el 22 y 23 del septiembre por venir.

Precisamente, Antonio Guterres como Secretario General de la ONU dijo entonces en su conclusión: un “Momento de Unidad” para hacer una realidad sostenible y duradera a dichos objetos [Educación, medio ambiente, alimentos, pobreza, género, etc].

A todo esto Argentina viene atravesada por un cruel invierno con inédito desempleo, hambre y frío.
Ahora bien, la pobreza e indigencia vernácula, es consecuencia de causas más endógenas que exógenas en el duro y variado catálogo multicausal de la pobreza global; claramente un flagelo complejo al margen de soluciones uniformes e inmediatas.

De ahí que cada país deba encontrar y plasmar soluciones singulares adecuadas para resolver este lacerante problema y desafío vital.

Para ello deberemos alcanzar con toda premura e innovación, la realidad de un crecimiento nutritivo y compartido con educación y corresponsabilidad ambiental, la firme e innegociable recuperación posible del dinero y los bienes de una corrupción estructural impune; la defensa y sostenimiento del valor de la moneda [también activando determinadamente la postergada educación para usos y consumos, responsables e inteligentes] y la dignidad del trabajo; centrifugándose todo en una mayor y mejor equidad e igualdad en la distribución de los ingresos resultantes de la optimización o renovado desarrollo de sus activos humanos y naturales.

Recién así podremos suscribir un compromiso social federal, con audacia, equidad y fraternidad en franca corresponsabilidad personal y comunitaria; sin dirigentes enriquecidos con sus representados vilmente empobrecidos en un oximoron de simultaneidad.

Por su parte, la transversalidad e interdependencia climático-ecológica, nos exige fundamentalmente la concreta aceptación de sus novedosos y crecientes desafíos, mediante políticas ambientales apropiadas, a partir de la conservación, incremento y cuidado de lozanía tal traducibles en diversos y abundantes recursos, de los que al fin y al cabo, depende centralmente toda su población. Caso contrario, continuará impactando negativa e imperceptiblemente en toda lucha posible contra la pobreza en el marco de sus posibilidades naturales.

Asimismo, toda política o administración que sólo persiga “a cómo de lugar “ aumentar y acumular la producción, sin asegurar sustentabilidad y redistribución, más temprano que tarde podría derivar en un declive pronunciado e irresponsable de la producción nacional, pauperizando con ello la ya bochornosa pobreza actual; algo que ya aflige o agobia inaceptablemente, de uno u otro modo, a más de la mitad de los argentinos, pero conmueve que entre todos ellos de cada diez, seis sean niños!

*Experto Coneau Cooperativismo


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