Impuestos sin piedad


El empresariado promedio argentino huye a la informalidad para que su socio mayoritario, el Estado, no lo funda.


La estructura impositiva Argentina es en boca de los analistas, una de las más grandes y complejas de América Latina. En total una pyme promedio deberá abordar anualmente un alto porcentaje de los 165 impuestos que se encuentran vigentes en la Argentina (43 impuestos nacionales, 39 provinciales y 85 de carácter municipal).

Sin ir más lejos, y de forma comparativa, en el año 2019 se pagaban un total de 28,7 % de cada $100 que se generaban (por encima del promedio latinoamericano que alcanza el orden del 23%). Los números se ven por encima del promedio, pero no necesariamente es la realidad de los emprendedores y comerciantes de Argentina.

Si cualquier pyme Argentina pretendiese desenvolverse en el mercado argentino formalizando toda su actividad la realidad sería completamente distinta. En ese caso, deberían abordar el 106% de sus ingresos anuales en impuestos. Aclaro no es un error de tipeo, ni tampoco se equivocó el editor, ni siquiera leíste apurado. El 106% de los ingresos de una pyme se los llevaría el Estado e irían a perdida.

Ahora ¿por qué no se funden todas las pymes? Básicamente porque en la Argentina la economía mayoritariamente es barrani (informal). En palabras más terrenales, el empresariado promedio argentino huye a la informalidad para que su socio mayoritario, el Estado, no lo funda.

El escenario impositivo, se ve además desbordado con un escenario económico complejo e impredecible, inflación descontrolada que está proyectada al 80% anual; dificultoso acceso a dólares, cierre de importaciones y casi inexistencia de créditos para inversión en capital.

El gobierno se encierra en su interna y su propia incapacidad de encontrar soluciones en tiempo de crisis y sobre todo cuando los que no hay de sobra son recursos. No todo finaliza allí, además el gobierno está demostrando con sobradas creces su capacidad de generar nuevos problemas, emisión descontrolada, déficit energético sin precedentes y ruptura de las cadenas comerciales.

La única solución en el contexto de crisis es aumentar impuestos, como sucederá con el inmobiliario y concentrarse en obtener recursos de los dos principales generadores de empleo, divisas y riqueza: El campo y las pymes. Con los primeros no solo lo hace con las retenciones, sino que también con la liquidación de exportaciones con un dólar cuyo valor final promedia los $58.3 pesos por dólar, 294% menos que el dólar libre.

Con las pymes la cosa es muy distinta, la pandemia golpeó fuerte al sector medio de la economía, fueron los principales perjudicados por la cuarentena excesiva que decretó el gobierno nacional, en ese camino las obligaciones impositivas, salariales y de gastos corrientes (alquileres, servicios, obligaciones crediticias, etc.) continuaron su camino. En una encuesta circulada por las cámaras de comercio de Río Negro, el 96% son autónomos y de ese universo un 82.6% tiene deudas con AFIP y planes de financiamiento activo. ¿Se imaginan cuantos de esas pymes contribuyentes recibieron intimaciones de AFIP? El 92.3% ya han sido intimados por el Estado a pagar sus deudas.

La situación es desesperante, la crisis no encuentra fondo, el reclamo de los sectores de la economía son cada vez más fuertes y se enfocan en la alta presión impositiva, las restricciones comerciales, las dificultades de acceso al dólar y al crédito y sobre todas las cosas en un Estado cada vez más grande, caro e incapaz de resolver los problemas cotidianos. El gobierno se encuentra en su peor momento de estabilidad política y demostrando toda su incapacidad para llevar el barco más a un naufragio que a un puerto seguro.

La salida, es clara y concreta: diseñar una reforma del Estado que ponga todas sus energías en el desarrollo de infraestructuras y créditos productivos, que libere la economía y desarrolle reformas profundas en el ámbito del trabajo y de los impuestos. Abandonando la cultura del déficit, un gasto público y ordenado, un programa de desarrollo preciso y con reglas claras al mediano y largo plazo pueden sacar a la Argentina del atraso.

* Abogado, especialista en Derecho Administrativo (UNLP-UNCO) – Presidente Republicanos Unidos Río Negro


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