Lecciones sobre las guerras judiciales contra Trump
De la expulsión de las plataformas digitales en 2020 a los casos mediáticos que terminaron en la inmunidad dada por la Corte Suprema de EE.UU. en 2024.
Los procesos judiciales como espectáculo.
1. Plataformas y procesos
Mientras en esta semana Donald Trump moviliza tropas ante las protestas de Los Ángeles, California, cabe recordar que tuvo un momento de extrema fragilidad política tanto en el fin de su primer mandato (2017-2021) como en el de Joe Biden (2021-2025).
El segundo mandato de Trump todavía no supera los seis meses. Asumió el 20 de Enero pasado. Trump es el primer Presidente de los Estados Unidos criminalmente condenado y el primer condenado en llegar a ser Presidente de los EE.UU.
En el fin de su primer mandato, cuando todos los empresarios de las plataformas digitales estaban alineados con el Partido Demócrata, se lo expulsó de Facebook y Twitter. Esa expulsión histórica impactó en su poder comunicacional y en la elección presidencial del 2020 en plena pandemia.
Fue la agenda radical de una minoría intensa dentro del partido demócrata la que hizo perder no solamente a los empresarios de tecnología sino a las mayorías sociales en la elección del 2024. La agenda woke fue real y contraproducente aunque en nuestras tierras Milei la manipule a su beneficio. El problema es que a una agenda febril y autolesiva se le contesta con otra agenda febril y perjudicial. Entre extremos, tanto en EE.UU como en Argentina, se invita a contestar polarización con más polarización.
En ese tiempo, el hoy radicalizado Elon Musk o el reconocido Joe Rogan -icónico como su podcast-, apoyaban explícitamente al más “zurdo” de los demócratas Bernie Sanders, alguien que se reconoce como un socialista democrático. ¿Qué sucedió?
Esa exclusión explosiva de Trump adelantaba la disputa de poder actual entre plataformas y liderazgos políticos vinculados a la transmutación Estado-mercado. Aspectos constitucionales y democráticos vinculados a la libertad de expresión fueron dejados de lado por las plataformas sin apelación administrativa o revisión judicial. Un Estado de excepción digital.
En 2020 las plataformas castigaron y censuraron a un Presidente. En Julio de 2024 Trump, en plena campaña, afirmó que directivos de esas plataformas “deberían ir presos” si colaboraban con el fraude electoral. En su asunción de este año estaban en la primera fila.
2. Los procesos judiciales de Trump
Como ya hemos mencionado, el ex-jefe de asesores de la Casa Blanca le dijo a la Revista “Político” que Trump tuvo en total 92 procesos judiciales, 32 solamente en Nueva York, de los que 34 fueron derrotas judiciales. Cargos por fraude, subversión electoral y obstrucción, entre otros más resonantes.
La Corte de los EE.UU no intervino en el primer mandato de Trump y hasta fue una fuerza opositora a Biden en casos vinculados a acciones afirmativas en Universidades, con señales contradictorias frente a las medidas sanitarias contra el Covid.
El tribunal supremo vio que la reacción a la pandemia fue un refuerzo narcisista e individualista anti estatal y tuvo algunos guiños jurisprudenciales en esa línea. Ejerció un populismo judicial a los que resistían las medidas, las vacunas y los barbijos, a los medios que fomentaban esa narrativa.
Trump tiene hoy tanto una venia judicial con su Corte como una guerra judicial contra sus medidas a nivel federal y estadual. La Corte todavía lo acompaña pero da señales de querer entrar en escena y romper sus silencios.
Más allá de los abismos entre Trump y Lula, ambos consiguieron que los errores de Biden y Bolsonaro fueran muchos más notables que sus propios errores en el pasado. En el caso de Lula para conseguir revertirlos estelarmente. En el caso de Trump para conseguir que haya un salvataje judicial supremo. La inmunidad judicial de la Corte Suprema a una guerra judicial que lo amenazaba, que estuvo a punto de derrotarlo.
Lula y Trump fueron tácticos dentro de una estrategia más amplia. La estrategia de Lula fue más lúcida y organizada que la de Trump. La democracia bélica y transaccional de Trump hace que sus batallas sean prólogo de negociaciones, ataques feroces para acuerdos posteriores.
En el mundo, hace tiempo que las Cortes son herramientas de regresión política en un contexto de guerra entre facciones. En Argentina, la democracia le construyó progresivamente la supremacía judicial a sus verdugos.
* Abogado y profesor de Derecho Constitucional.
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