Un dato para mostrar y del otro no se habla

Vaca Muerta sigue explicando parte del “milagro neuquino” con actividad económica en expansión, generación de empleo privado y recursos genuinos. Pero la semana dejó otro dato o, más bien, un recordatorio de una realidad que sigue acá aunque ya no sea atractivo de abordar: dos mujeres muertas.

El gobernador Rolando Figueroa se animó a mostrar un colmillo o dos en una de las semanas políticas y económicas más complicadas para el gobierno de Javier Milei.

Tras la sesión en Diputados que rechazó los vetos del presidente a las leyes de financiamiento universitario y emergencia pediátrica, el mandatario destacó la “amplísima mayoría” que defendió “los perfiles de vida” que los argentinos no están dispuestos a rechazar: “la atención de los más humildes y la movilidad social”.

Tras un año y medio de comportamiento zigzagueante, los legisladores más cercanos a Figueroa parecen determinados ahora a lanzar señales claras de distinción. A cuatro semanas de las elecciones nacionales que definirán el nuevo rumbo del Congreso y plebiscitarán la gestión de Milei en todo el país, La Neuquinidad sigue enfocada en mostrarse como una oposición con algo para mostrar.

El gobierno confía en su estrategia anti polarización porque todavía no le asigna una capacidad de daño significativa al armado de Fuerza Patria en Neuquén y porque la gestión marcha sin grandes sobresaltos, con una carpeta de obras en ejecución y pocos conflictos en la calle.

Esta semana, se anotó un dato positivo con la difusión de los datos del mercado de trabajo que publicó Indec y que arrojaron para Neuquén una caída de la desocupación entre el primero y el segundo trimestre de este año del 6,7% al 3,8%, uno de los más bajos del país.

Vaca Muerta sigue explicando buena parte del “milagro neuquino”, que redunda en una actividad económica en expansión, generación de empleo privado y recursos genuinos para la administración provincial, aunque con una cuota de mérito propio como salió a mostrar Figueroa con la reducción de la deuda pública.

En lo que va de la gestión, el gobierno evitó acudir a nuevas emisiones en el mercado financiero, pese a tener aval legislativo para hacerlo, y se ocupó de pagar vencimientos para alcanzar el stock más bajo en una década.

Una decisión que, a la luz del descontrolado crecimiento del riesgo país y la suba del dólar por encima del techo de la banda cuando todavía faltan larguísimas semanas para las elecciones, luce aún más acertada. Su par rionegrino, Alberto Weretilneck, como viene ocurriendo con esta campaña en tándem, difundió sus propios números un día después. Cuentas ordenadas, pero con la gente adentro parece ser la fórmula de ambos provincialismos para diferenciarse con los dos lados de la grieta.

Pero la semana también dejó otro dato o, más bien, un recordatorio de una realidad que sigue acá, aunque para el clima de época haya dejado de ser políticamente “atractivo” abordarla: dos mujeres muertas.

El femicidio de Jessica Scarione presuntamente a manos de quien fuera su pareja, Luis Espinoza, ocurrió un día antes del encuentro provincial “Nosotras Transformamos” que organizó el gobierno para abordar políticas con perspectiva de género, pero se conoció un día después del evento. La candidata a senadora Julieta Corroza, quien tiene bajo su ministerio el área de Mujeres, parece haber logrado sortear los días calientes sin quedar directamente interpelada.

La víctima, con un contexto muy vulnerable, había hecho denuncias previas, sobre su pareja pesaban medidas de restricción que no se cumplieron (casi que se la intentó culpar por no retirar un botón antipánico) y se volvió a revincular pese a los reiterados hechos de violencia. Si los femicidios son un “ataque contra la humanidad”, como definió el gobernador el 1 de marzo, alguien debería decir algo.

Por el femicidio de Jessica ya está acusado y con prisión preventiva el presunto autor. De la segunda mujer muerta, hallada en una cantera del basural de Neuquén, solo se sabe, hasta ahora, que sufrió un traumatismo de cráneo.


El gobernador Rolando Figueroa se animó a mostrar un colmillo o dos en una de las semanas políticas y económicas más complicadas para el gobierno de Javier Milei.

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