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Un orden carismático en tiempos de caos global

En los EE.UU. se inaugura mucho más que la segunda Presidencia de Donald Trump. Entre otros efectos internacionales, la sintonía de los malestares fortalecerá a Milei.

Una transición tan espectacular como tormentosa.

1. Inauguración y retribución. Con los protocolos comenzando en el día de hoy, todo está preparado para la ceremonia de toma de posesión el próximo Lunes. Donald Trump jurará sobre una Constitución que será reinterpretada de forma radical.

En estos días Trump intervino categóricamente en el plano internacional. Todavía es una incógnita si sus dichos sobre Canadá, Groenlandia, México y Panamá traerán algo nuevo o son fuegos artificiales de un “showman político” a escala planetaria. La renuncia de Justin Trudeau, el Primer Ministro canadiense, fue uno de sus efectos concretos. Pierre Poilievre, su par en el norte, se lo agradeció pero negó que Canadá pueda ser anexada como un Estado más.

Tanto a republicanos como a demócratas se les escucha repetir algo que resuena en nuestras tierras. “No podrá hacer todo lo que dice que hará”. Salir de la negación es el primer paso. Cogobernar y hacer pactos judiciales con lo negado quizás sea el segundo. Veremos semejanzas y diferencias.

En Washington se reunirá la primera plana de líderes carismáticos de los nuevos populismos. Los hermanos Milei pueden tener un momento cinematográfico sin igual, con primeros planos destacados y menciones expresas durante el discurso presidencial. Bukele puede disputar esa centralidad habiendo sido varias veces nombrado como el político más famoso. Milei tiene todo para superarlo y diferenciarse. Hasta puede tener sintonía fina y una alianza estratégica con Trump y los empresarios en su gabinete de ministros.

Contrasta Bolsonaro que no consiguió el permiso en el Superior Tribunal de Brasil. Eso no quiere decir que Lula tiene todo asegurado. Demuestra que las guerras judiciales pueden revertirse y redireccionarse con acuerdos de elites y un proyecto de país. Se necesita superar los narcisismos miopes y autodestructivos.

Trump, Bukele, Meloni y Milei son líderes con proyección mesiánica, se habla de ellos con curiosidad, con una rara mezcla de esperanza y temor, hay elementos de la cultura de las celebridades con aspectos religiosos.

Ellos representan el carisma del orden en un contexto caótico donde las sociedades sienten su desintegración. Las imágenes apocalípticas no las provee Hollywood sino que suceden en su corazón, Los Ángeles. La realidad supera a la ficción.

Los congrega la sintonía de los malestares sociales que no fueron escuchados. Una sociedad sin certezas ni seguridades básicas, de personas que no se sienten incluidas ni valoradas y que suelen estar en la soledad de las conexiones virtuales que apelan a sus emociones más intensas. Ese dolor y trauma es real aunque sea manipulado.

Las comunidades políticas, por izquierda y por derecha, no comparten una realidad basada en hechos sino estimuladas por narrativas bélicas, de miedo y pánico. La polarización y la radicalización es potenciada en burbujas y cámara de ecos. Sin una realidad y una verdad contrastable se refuerza el peligro de la huida hacia los extremos.

2. Trump triunfó con las mayorías y las minorías. Muchos afirman que sí Trump no hubiese sido perseguido criminalmente no se hubiera presentado a un segundo mandato. Un contrafáctico difícil de evaluar. El deterioro cognitivo de Biden, que la elite demócrata intentó increíblemente negar, era una invitación a la contienda electoral.

Un ex-jefe de asesores de la Casa Blanca le dijo a la Revista “Político” que los primeros 100 días serán “tormentosos”. Señaló que Trump soportó en total 92 procesos judiciales, 32 solamente en Nueva York, de los que 34 fueron derrotas judiciales. Cargos por fraude, subversión electoral y obstrucción, entre otros más resonantes. Esa “persecución criminal” orquestada contra Trump será estudiada por el Gobierno y se temen retribuciones.

Trump ganó tanto el voto popular como la guerra judicial. La Corte le dio inmunidad presidencial parcial a días del debate con Joe Biden. Ese comodín político y legal es único en la historia y le permite inaugurar su segundo mandato con garantías supremas.

(*)Abogado, Profesor de Derecho Constitucional y Estudios Críticos del Derecho.


Una transición tan espectacular como tormentosa.

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