Opiniones divididas por el arribo de gendarmes en El Bolsón

En las calles de la localidad hay personas a favor y otras en contra. El intendente Pogliano valoró la llegada de refuerzos.

En las calles de El Bolsón todavía es habitual ver personas mirarse a los ojos y saludarse, aunque no se conozcan. Son pinceladas que aún conserva de ese pueblo pintoresco de montaña que se encamina a paso firme a convertirse en una ciudad.

Esa comunidad se estremeció con dos incendios que ocurrieron días atrás. Los autores aún no están identificados. Aunque dirigentes políticos locales, provinciales y nacionales atribuyeron responsabilidades a personas que se mueven en las sombras con una supuesta vinculación con grupos mapuches violentos. Hay algunos indicios que alimentan esas sospechas.

Tras el incendio que destrozó la sede del Club Andino Piltriquitrón (CAP), la gobernadora Arabela Carreras salió a reclamar con firmeza al gobierno nacional que mande fuerzas federales para reforzar la seguridad en la zona. El presidente, Alberto Fernández, y su ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, tuvieron que acceder al pedido a pesar de que intentaron eludirlo.

Por eso, decenas de gendarmes arribaron en silencio a El Bolsón para reforzar la seguridad. El último contingente había llegado en las horas últimas y aún no terminaba de acomodarse en una ciudad que los recibió con un clima enrarecido.

El intendente Bruno Pogliano reiteró ayer que los incendios fueron ataque terroristas, en sintonía con la gobernadora, y que lograron atemorizar a la población. Por eso, recibió con lo brazos abiertos a los refuerzos de Gendarmería que se sumaron al personal del Escuadrón 35 de El Bolsón, donde ayer era constante el ingreso y salida de camionetas de esa fuerza federal.

El desembarco de los gendarmes generó reacciones en la población. Hay voces a favor y en contra.

Las opiniones que rechazan la presencia de gendarmes en El Bolsón denuncian que hay una intención de militarizar la zona. Las opiniones favorables creen que podrán contener la ola de violencia que atribuyen a grupos mapuches radicalizados, que actúan encapuchados.

Ayer a las 13, un grupo de gendarmes acomodaba sus bolsos y pertrechos en un colectivo de la fuerza que los esperaba en la avenida Sarmiento. Ninguno pronunció una palabra. Acomodaban sus cosas en la bodega del ómnibus y subían a ubicarse en sus butacas. Un gendarme de gran porte y robusto salió a explicar que no tenían autorización para hablar con la prensa y con respeto solicitó mantener la distancia.

Para mí está bien que hayan mandado más gendarmes porque hay más control. Yo por lo menos me siento un poco más segura”, opinó Gisella G, mientras tomaba un mate en el bulevar frente a la plaza Pagano, en una tarde soleada con 25 grados.

“No estamos de acuerdo porque me parece que es una excusa para militarizar el lugar. Los mandaron a defender ciertos intereses privados. Fue una excusa para militarizar la zona”, sostuvo Ana que se disponía a tirar el paño para vender sus artículos.

El CAP, con daños totales. Foto: Chino Leiva

“En ningún lado tendría que haber una persona de uniforme al lado para sentirse seguro”, afirmó Eduardo, que vendía tortas y tartas con frutos de la zona. “Al verlos en la calle uno siente que algo se está moviendo”, comentó. Y señaló que vivir con la sensación de miedo “es horrible”.

“El tema mapuche es conflictivo, porque ellos creen tener el derecho de adueñarse de toda la tierra”, planteó. “No les alcanzó con lo de la Oficina de Turismo y con el Club Andino, ¿con qué van a seguir?”, se preguntó Eduardo, que estaba con su hijo trabajando.

María Luz expresó su descontento con el arribo de los gendarmes, “porque estuvimos casi dos años encerrados por la pandemia y con esto vamos a estar más encerrados”.

En El Bolsón el miedo a las represalias se palpa en la calle. Nadie quiere identificarse con nombre y apellido.

Pero Alejandra Rodríguez no anduvo con vueltas para expresar su visión de lo que pasa. “Para mí está bien que hayan mandado gendarmes”, afirmó, Dijo que comparte la mirada de un historiador local que sostiene que no son mapuches nativos los que reclaman tierras, sino mapuches criollos.

“Más allá del derecho que ellos están reclamando están pasando los límites”, aseveró. Dijo que tiene conocimiento de que varios policías están haciendo adicionales en campos ubicados en las afueras de El Bolsón y, sobre todo, en Cuesta del Ternero, “porque varios dueños fueron amenazados que les iban a tomar las tierras”.

Dijo que los incendios en la Centro de Informes Turísticos y el CAP habían causado “mucha bronca en la gente”. “Creo que se hicieron a propósito”, afirmó. “Y la respuesta del Presidente a la gobernadora, es como que Fernández se borró, porque son Parques Nacionales, rutas nacionales”, señaló Alejandra.

Los gendarmes que llegaron a la ciudad salen, sobre todo, a patrullar y recorrer las calles por la tarde y noche. Es el horario donde se refuerza la prevención con personal de la Policía provincial.

“¡Mirá cómo quedó todo esto!”, señalaba Eleonora Hellrieger a su tía Elizabeth Sánchez. Las dos jubiladas observaban desde la calle Sarmiento las ruinas del edificio donde funcionó durante décadas el CAP. “Siento una pena, una tristeza, una amargura. Yo venía a hacer yoga acá”, lamentaba Eleonora.

Pogliano: “El 99% de la gente” del pueblo expresó agradecimiento

El intendente de El Bolsón y referente de Juntos Somos Río Negro, Bruno Pogliano, expresó su apoyo a la llegada de fuerzas federales a la localidad en respuesta “al pedido que había hecho la gobernadora (Arabela Carreras”. “Es positivo”, destacó, y valoró que se sumaron a las tareas de patrullaje y prevención, con la Policía de Río Negro.

Dijo que “era necesario” contar con refuerzos de Gendarmería para disuadir a los grupos “que se dedican desde hace tiempo a infundir terror” en la zona.

Manifestó su desacuerdo con aquellas personas que critican el arribo de fuerzas federales y denuncian una “militarización de la zona”. Afirmó que no había escuchado a nadie decir algo así.

El 99 por ciento de la gente de El Bolsón ha expresado su agradecimiento por la presencia de la Gendarmería” en las calles, aseguró Pogliano. “La gente de bien no habla de eso”, enfatizó.

“Militarizar es un término muy extremo y muy tendencioso”, aseveró. “La persona de bien no tiene ningún problema con que haya un gendarme a su lado”, enfatizó. Dijo que el problema lo tienen aquellos que delinquen. Dijo que nunca imaginó “estar en manos de delincuentes que llevan cuatro años de ilícitos”. Y recordó “son los mismos” que tomaron octubre de 2017 la Municipalidad, causaron destrozos, rompieron el busto del general San Martín y quemaron una bandera.

Son los mismos que me increparon en Cuesta del Ternero”, aseguró. Y les atribuyó el ataque en la Parroquia Nuestra Señora del Luján, en noviembre del año pasado, cuando golpearon al sacerdote y tomaron de rehén al párroco.

También los responsabilizó por el incendio en las oficinas del Centro de Información Turística . “Y la gota que rebasó el vaso fue el incendio del Club Andino Piltriquitrón (CAP)”, aseguró. “Queremos recuperar la paz social de El Bolsón”, planteó Pogliano.


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