Otra masiva protesta en Nicaragua contra el gobierno de Ortega

El régimen denuncia un intento de golpe y llamó, a la par, a una movilización para recordar la Revolución Sandinista de 1979. Hay preocupación regional.

Miles de nicaragüenses marcharon ayer en Managua para expresar su rechazo al gobierno del presidente Daniel Ortega, al que acusan de instaurar una dictadura junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.

La Alianza Cívica, que aglutina a grupos de la sociedad civil, inició así una ofensiva para presionar a Ortega a la renuncia, que incluye un paro nacional hoy –el segundo durante la crisis– y una caravana por los combativos barrios orientales de la apital Managua.

En respuesta, el gobierno anunció para hoy el llamado “repliegue”, una caravana que anualmente encabeza Ortega por estas fechas hasta Masaya -30 km al sur de Managua– para recordar una gesta de la Revolución Sandinista de 1979.

“Ni un paso atrás”, “justicia”, “el pueblo unido jamás será vencido”, coreaban los manifestantes, que formaron una enorme mancha azul y blanco, colores de la bandera nacional, mientras avanzaban por la ruta hacia la emblemática rotonda Jean Paul Genie, sobre la carretera a Masaya, sureste de Managua.

Ortega, de 72 años, enfrenta las peores protestas desde que regresó al poder en 2007, tras el estallido del descontento social con una reforma al sistema de pensiones, que derivó en una demanda para su salida del gobierno tras la acción represiva a manifestantes, que en 86 días ya ha dejado más de 350 muertos.

La caminata “Juntos Somos un volcán” fue convocada por grupos de oposición en repudio al gobierno de Ortega, y es la sexta que se realiza desde que iniciaron las protestas el 18 de abril. El gobierno califica las protestas como un “intento de golpe de Estado”.

A fin de encontrar una salida a la crisis, la Iglesia propuso adelantar los comicios de 2021 a 2019 en la mesa de negociación entre el gobierno y la Alianza Cívica. Pero Ortega rechazó la iniciativa.

Tras una violenta incursión el domingo en las ciudades de Diriamba y Jinotepe, en el suroccidental departamento de Carazo, que dejó una veintena de muertos, la Iglesia puso en duda la continuidad del diálogo. Pero decidió seguir como mediadora de las conversaciones, incluso luego de una agresión que sufrió el lunes un comitiva de obispos y sacerdotes, con la irrupción de grupos progubernamentales en templos católicos de Diriamba y Jinotepe.

Ha preocupación regional. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos llamó al gobierno a “garantizar las protestas pacíficas y de las manifestaciones que siguen”. Y denunció en Washington, ante el consejo permanente de la OEA, el aumento de la “represión contra los manifestantes”

“Queremos que este gobierno se vaya. Lo que queremos es libertad y democracia. Tenemos 11 años de estarlos aguantando. El pueblo ya se cansó”, dijo un hombre de 40 años con una enorme bandera de Nicaragua.

Más de 350 muertos

en tres meses

En los últimos tres meses, más de 350 nicaragüenses murieron y otros 261 están desaparecidos como resultado de la represión desatada por el gobierno de Daniel Ortega, denunció la independiente Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh). El régimen de Ortega solo reconoce 49 víctimas.

Además, 2.100 personas han resultado heridas entre graves y leves y no tuvieron acceso a la atención médica desde que comenzaron las protestas, el 18 de abril en el país. 51 de ellas sufrieron lesiones graves con daño permanente.

Del total de muertos, 306 eran civiles, 28 formaban parte de grupos paramilitares que defienden al gobierno de Daniel Ortega, 16 eran policías y uno era miembro del Ejército, según un informe preliminar de la organización.


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