Padre del novio de Chiara: “Me confesó el crimen y lo tuve que arrestar”
Rubén Mansilla es sargento en la comisaría de Rufino, donde su hijo, de 16 años, dijo haber asesinado a su novia de 14.
ELLA 14; EL, 16
Chiara Páez es la joven de 14 años que había desaparecido en la localidad santafesina de Rufino el domingo a la madrugada fue encontrada muerta, enterrada en el jardín de la casa de su novio, el supuesto femicida,el mismo día a la noche.
La persona que entregó al supuesto asesino, Manuel Mansilla, es su propio padre, un sargento de la única comisaría del lugar que había participado como agente de la búsqueda de la menor. Rubén Mansilla llevó a su hijo a la Justicia, luego de que le confesara que él había matado a la Chiara.
“Lo tuve que arrestar”, le dijo Rubén a su actual pareja quien también es policía, se informó a la prensa. Rubén está separado de la madre de Manuel, vive en otra casa con Paola, su pareja, y su hija menor. Después de llevar al supuesto homicida a la justicia, donde quedó detenido, pidió licencia en la comisaría.
Por su parte, el fiscal Mauricio Clavero confirmó que la muerte fue provocada por los golpes que recibió en el rostro y la cabeza.
El representante del Ministerio Público informó que el novio de la adolescente, detenido y principal sospechoso del crimen, fue entregado por su padre.
“La causal de la muerte son golpes recibidos en la cara y en la cabeza. La adolescente asesinada no tuvo agonía”, agregó.
Habla la tía de Chiara, que conocía a Manuel, el novio
“Conociendo un poco a Manuel, jamás nos hubiéramos imaginado esto”, dijo la tía de la chica, Lorena Camargo.
Al ser consultada si se habían visto algunos indicios en el chico que harían pensar en algún tipo de reacción violenta y al respecto dijo que “no, la verdad que conociendo un poco a Manuel nunca nos hubiésemos imaginado que sucediera esto. No sé si fue el autor material, pero nunca se nos pasó por la cabeza esto”.
Cuando se le preguntó si el detonante podría haber sido el embarazo que cursaba Chiara, la tía de la chica expresó que “no lo sabemos. Si Chiara estaba embarazada, Manuel también lo sabía, no sé la familia. Pero sea cual fuera el motivo creo que no hay justificativo. De última si hubiera sido el embarazo, que no se haga cargo y listo. Pero no tenía por qué enterrarla con vida, dejarle la cara destrozada a golpes. No hay ningún justificativo”.
“Los padres están destrozados, devastados…”
Consultada sobre si alguna vez el muchacho había tenido algún tipo de conducta violenta declaró que “no, desde hace tres años que lo conozco y nunca pasó eso. Lo conocía en el ámbito escolar porque soy preceptora de la escuela técnica a la que iba Manuel y jamás tuvo alguna actitud indisciplinaria”.
“Los padres están destrozados -amplió-, devastados, con mucha impotencia, con sed de justicia. Sé que nada va a cambiar. Tengo fe en Dios y quiero mirar hacia adelante pero alguien tiene que pagar por lo sucedido. Hay toda una familia detrás de él que tiene que ser partícipe porque esto no lo pudo haber hecho solo”.
Cuando se le preguntó si había sospechas de que la familia del joven estuvo detrás del crimen directa o indirectamente, Camargo indicó que “y sí. No sé si los cuatro familiares, pero el silencio en esa zona donde está la casa es mucho y algún grito o algo se tuvo que haber escuchado. El cavar el pozo, el mover los hierros, no sé las cosas que había con las que luego tapó el cuerpo. Todo eso implica un gran movimiento y no se puede hacer en silencio. Solo no actuó. Chiara era de contextura grande además”.
Agencias
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