Palimpsestos: Refranes sobre el destino

“Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción”. Esta frase de Chesterton resume en general nuestra apreciación sobre el destino. Estamos tironeados entre adjudicárselo todo al destino y la voluntad de diseñar nuestro propio sino. Hay algo de esa tensión en una frase adjudicada a varios autores: “El destino baraja las cartas, y nosotros jugamos con ellas”.

La literatura oral tiene en los refranes un compendio de sabiduría popular. Y el refranero atraviesa todas las culturas y los tiempos. Te dejo algunos refranes que hablan del destino. Por ejemplo uno muy popular en el mundo hispánico: “A cada chancho, le llega su San Martín”; la interpretación es muy variada, y tiene que ver con las consecuencias que tenemos que afrontar por nuestros actos, lo que estaría sosteniendo el libre albedrío de las personas. Sin embargo, si asociamos la festividad de San Martín de Tours (11 de noviembre), es por estas fechas cuando los campesinos realizan la faena de cerdos para proveerse de jamones, chorizos, etc. Y en este caso podríamos hablar de que a todos nos llegará, pese a que nos opongamos, nuestro propio San Martín (destino).

Es muy frecuente escuchar en conversaciones “El hombre propone y dios dispone” en la que el destino es una facultad de un dios que ya ha marcado nuestra vida; similares sentidos tienen “nadie se puede evadir de lo que está por venir”, y muchos refranes relacionados con la buena o mala suerte: “Contra fortuna no vale arte ninguna”.

“Quien su origen no conoce, su destino desconoce” y “Si tomas un mal camino, no esperes un buen destino” sostienen nuestra libertad en el obrar y sus consecuencias. De igual tenor son los refranes “Quien siembra vientos, cosecha tempestades” o la variante “cosecharás tu siembra”.

Los refranes populares, los dichos o frases expresan también nuestra visión contradictoria que como especie humana tenemos ante eso que llamamos “destino”.

Néstor Tkaczek