Piden 23 años para el jardinero de Bariloche que mató al patrón

La pena máxima la solicitó la querella y la fiscalía pidió 18 años. Raúl Báez está imputado por matar de 8 hachazos a su empleador.

JUSTICIA

El abogado por la querella Juan Manuel García Berro pidió 23 años de prisión para José Alejandro Báez como autor del homicidio de Raúl Héctor Maceda, que murió tras recibir 8 hachazos. Mientras que el Fiscal de Cámara subrogante Eduardo Fernández solicitó al tribunal que le impongan 18 años de cárcel al imputado.

Tanto para la querella como para Fernández, el acusado, de 41 años, no es inimputable como alegó este lunes la defensora oficial Romina Martini, cuando requirió la absolución de Báez y un tratamiento ambulatorio para el acusado.

Martini planteó, en caso de que sea desestimado su pedido de absolución, que Báez sea condenado por el delito de homicidio bajo estado de emoción violenta, que tiene una pena atenuada, con un máximo de 6 años de prisión. El imputado está detenido desde marzo de 2010.

Este lunes se hizo la audiencia donde los jueces de la Cámara Criminal Segunda, Gregor Joos, Rubén Marigo y Héctor Leguizamón Pondal, escucharon los alegatos del querellante, el Fiscal de Cámara y la defensora.

Báez admitió haber asesinado a Maceda el 12 de marzo de 2010, en el domicilio de la víctima, que está ubicado en la calle La Cascada al 200 de esta ciudad.

Báez relató que trabajaba como jardinero para Maceda, que lo maltrataba. Dijo que el día del hecho discutió con Maceda, porque pretendía que incendiara la casa donde vivía un inquilino con el que la víctima tenía un conflicto. Báez lo atacó con un hacha. La autopsia estableció que Maceda sufrió 8 cortes, aunque la profunda herida en el cuello provocó la grave hemorragia que causó la muerte.

La defensa señaló que está comprobado el maltrato de Maceda a Báez. Destacó que los profesionales que evaluaron al imputado coincidieron al destacar que no puede controlar sus impulsos.

Fernández advirtió a los jueces que si bien hay un informe médico en el expediente donde se advierte que Báez sufre un síndrome focal epiléptico, durante cinco años estuvo internado en el área de Salud Mental del hospital zonal y no presentó esa patología. Recordó que una psiquiatra del hospital señaló que Báez no tendría que haber estado internado en ese lugar.

Sostuvo que hay informes de retraso leve mental, pero no es suficiente para declararlo inimputable.

Fernández recordó que tras asesinar a la víctima, Báez le robó el celular, se compró unos pasajes y se fue con su familia a la ciudad de Neuquén. Advirtió que una última pericia médica, que profesionales de Roca y Cipolletti hicieron el 16 de octubre pasado, no constató el síndrome focal epiléptico.

“Estoy arrepentido”, fueron las últimas palabras de Báez al finalizar la audiencia. La sentencia se leerá el 9 de diciembre.

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