Podrían convocar al FBI para investigar

De todos modos, los investigadores creen que con el sistema Excalibur se podrá obtener algún dato firme sobre el crimen del financista Perel y su esposa.

BUENOS AIRES (DyN).- El análisis de las aristas del asesinato del financista Isidoro Mariano Losanovscky Perel y su esposa, la psicóloga Rosa Golodnitzky, se convirtió en prioridad para los gobiernos nacional y bonaerense, y la complejidad del caso podría demandar hasta la intervención de la agencia federal de investigaciones (FBI) estadounidense.

En tanto, los rumores sobre un supuesto resurgimiento de la hipótesis de un suicidio quedaron ayer terminantemente desacreditados, luego de que peritos establecieran que Perel era diestro y que el balazo que recibió en la nuca fue disparado desde su izquierda.

Así lo reveló una fuente ligada a la investigación, al salir al cruce de las versiones que surgieron en las últimas horas y que reflotaban la idea de que el financista podría haber ejecutado a su esposa y luego dispararse a sí mismo.

“La pericia hecha sobre la autopsia por el médico legista Patricio Echeverría fue concluyente al determinar que Perel y su mujer fallecieron con impactos de bala en la nuca, que fueron efectuados a unas distancia de entre 5 y 30 centímetros, con una trayectoria que fue de atrás hacia adelante y de abajo hacia arriba”, dijo la fuente.

Además, aportó un dato revelador: dijo que se logró determinar que el financista era diestro, y subrayó que “el impacto en la bala que le ingresó en la nuca hizo una trayectoria de izquierda a derecha, de modo que nunca pudo haberse disparado a sí mismo”.

Pero, además, las pericias no encontraron ningún rastro de pólvora en las manos del financista y la psicóloga.

Por ahora, como todavía no hay ninguna pista cierta sobre el homicidio, se dispuso que un grupo de elite comience a analizar la documentación secuestrada en los allanamientos a la casa y la oficina de Perel, y ponga a funcionar el sistema Excalibur sobre los teléfonos celulares del matrimonio asesinado.

Los investigadores creen que en los dos celulares encontrados en la cabaña de Cariló, escenario del crimen, y en los otros dos hallados en el departamento de Juncal 3.158 de Palermo podría encontrarse alguna certeza sobre el móvil del crimen.

Incluso, voceros indicaron que, entre los expertos que se encargarán de estudiar el entrecruzamiento de llamados y las cuentas financieras de Perel, podría estar alguno de los funcionarios que participó en el caso del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas.

Pero aclararon que no se trataría del más conocido de esos efectivos, el comisario Víctor Fogelman, quien ya se retiró de la fuerza.

Es que las complejas actividades de Perel en el mundo de los negocios y la prolijidad con la que actuó el supuesto “killer” no han permitido entender, a 72 horas del crimen, la causa por la que lo mataron a él y su esposa, dijeron los investigadores.

Según trascendió, no sólo se cree que el homicidio pudo deberse al lavado de dinero, sino que se habla de una venganza como respuesta a una extorsión y de una complicada historia que vincularía a Perel con negocios de inteligencia y de comunicaciones.

Sobre las vinculaciones posibles de Perel con la CIA, la embajada de Estados Unidos se abstuvo de hacer comentarios y derivó cualquier consulta en ese sentido a la sede de la poderosa central de inteligencia, en Virginia, Estados Unidos.

La SIDE, en tanto, trató de tomar distancia del caso: fuentes de la secretaría de inteligencia argentina revelaron que no están investigando a Perel y no tienen datos que permitan establecer que el financista era un agente de la CIA.

El gordito de la televisión “yanqui”

BUENOS AIRES (Infosic, por Jorge Brinsek). Los restos del “banquero” Mariano Perel y de su esposa descansan en paz. Y aunque las nuevas generaciones no conozcan su historia, para los viejos reporteros será recordado como el “gordito de la tv yanqui”, aquél que siempre sabía lo que pasaba porque tenía una radio sintonizada “en la frecuencia de la policía”.

Es difícil imaginar para quienes fatigábamos los violentos años 70 cubriendo informativamente las calamidades de una época de bombas, tiros, horror, muerte y sangre, que aquél personaje simpaticón que hablaba formidablemente el inglés y el francés iba a terminar sus días tres décadas más tarde, involucrado en una trama tan confusa como siniestra.

Gracias a sus conocimientos, fue adscripto a la dotación de la CBS, que por aquellos tiempos tenían en Buenos Aires su base latinoamericana. Los camarógrafos filmaban y luego enviaban por avión los rollos a Nueva York para su difusión.

Perel hacía unos resúmenes en inglés y los enviaba por télex a la central neoyorkina. Así los editores ya sabían de antemano qué material llegaría. Mariano asistía a un veterano camarógrafo, Ramón Chouciño, y los dos eran perfectamente visibles debido a sus figuras voluminosas.

Su padre le había traído una radio de alta frecuencia, con capacidad para monitorear la red policial, las ambulancias, los bomberos y hasta los aviones.

A veces un tercer “gordito”, el desaparecido Naum Velianovsky, se incorporaba al grupo. Un día aparecieron en una manifestación, que terminó en una refriega con la policía, protegiendo sus cabezas con unos cascos blancos con la leyenda “Press” sobreimpresa. Fueron los primeros apaleados.

“Cobraron” por los dos lados. Los gremialistas, que creían que eran infiltrados de la policía por sus estrafalarios aparatos y los uniformados, no demasiado contemplativos por aquellos tiempos con la libertad de prensa.

La llegada del satélite y los convenios mundiales entre cadenas televisivas acabaron con esa época de oro de saltimbanquis de la noticia filmada. Mariano Perel desapareció y después se supo que, aprovechando sus conocimientos de las filmaciones, sus contactos con la embajada de Estados Unidos y su pasión por el espionaje y las armas, se había logrado introducir en el creciente mundo de la seguridad bancaria.

En esencia, nunca fue banquero ni mucho menos financista.

La idea es que jamás pudo resignarse a estar detrás de un escritorio tras años de aventuras y emociones fuertes.

Indudablemente algo lo tentó a jugarle una carrera a la vida en un mundo muy diferente al de las noticias y para el cual creyó haber estado preparado.

Y la vida le ganó.


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