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Acondicionan la planta de Arroyito para volver a producir agua pesada en el 2025 en Neuquén

La presidenta de la CNEA reveló que una de las tres líneas ya está en el proceso de puesta en marcha lo que "nos permite valorizar la segunda línea, que se destinará a proyectos que la Secretaría de Asuntos Estratégicos valora e impulsa".

La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis y la secretaria de Asuntos Estratégicos de la Nación Mercedes Marcó del Pont, visitaron la planta ubicada en Arroyito, Neuquén, junto al ministro de Energía de Neuquén y director de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería, Ensi, Alejandro Monteiro y el gerente general de YTEC Eduardo Dvorkin.

La delegación recorrió las instalaciones de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) junto a sus equipos técnicos y personal de las instalaciones y sostuvo una reunión de trabajo para avanzar en las posibilidades de producir energía basada en hidrógeno y otras líneas de negocios previstas en el acuerdo firmado el año pasado entre la Provincia de Neuquén, la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Ensi e Ytec.

Serquis contó que la visita les permitió observar la relevancia estratégica del emprendimiento porque «realmente es un bien estratégico, ya que no existe una planta tan avanzada y que, aún a pesar del tiempo que hace que se construyó, pueda producir agua pesada de alta calidad».

Marcó del Pont rescató que el país dispone de un acervo de capacidades científicas y tecnológicas en el sector nuclear que «amplían los espacios disponibles para insertarse en la transición energética y transformarla en un vector de desarrollo”.

Mencionó el acuerdo entre la CNEA y el Gobierno de Neuquén que permite volver a poner la planta en marcha y opinó que es una medida «estratégica para garantizar la soberanía energética. El trabajo activo de la Secretaría de Energía es fundamental para el fortalecimiento del sector nuclear”.

Sobre este punto, Serquis indicó que para la Comisión Nacional de Energía Atómica es clave apuntalar el Convenio de puesta en marcha de la PIAP. «En una primera etapa nos enfocamos en que una de las líneas pueda continuar produciendo agua pesada, no solo para la continuación del funcionamiento de nuestras tres plantas nucleares, sino también para contar con un bien exportable de alto valor», acotó.

La presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis y la secretaria de Asuntos Estratégicos de la Nación Mercedes Marcó del Pont, visitaron la planta ubicada en Arroyito (Comisión Nacional de Energía Atómica)

También reveló que una de las tres líneas ya está en el proceso de puesta en marcha lo que «nos permite valorizar la segunda línea, que se destinará a proyectos que la Secretaría de Asuntos Estratégicos valora e impulsa».

«Esta decisión ‒expresó Serquis‒ permite que, junto a una empresa de punta como Ytec, podamos encarar una planta de producción de fertilizantes o de amoníaco, e incluso evaluar la posibilidad de producir esos insumos de manera verde, es decir, con algún tipo de energía renovable«.

En la actualidad, la PIAP se encuentra en una etapa de acondicionamiento de una de sus líneas producción, con el objetivo de volver a producir agua pesada en 2025.

La producción se destinará a cubrir la demanda de las tres centrales nucleares con las que cuenta nuestro país hasta el fin de su vida útil. El remanente de lo producido se destinará al mercado mundial, altamente demandante de este producto.

A mediados de 2022, la CNEA, junto a la Provincia de Neuquén, YTEC y ENSI firmaron un memorándum de entendimiento para desarrollar la producción de hidrógeno, amoníaco y urea en la segunda línea de producción de la PIAP.

Todos estos productos son de altísimo valor estratégico para el país, ya que le permitirán vincularse con industrias de alto valor agregado como la electrónica y de insumos médicos, en un mercado internacional muy demandante.

La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) es propiedad de CNEA y está operada por la Ensi, una sociedad conformada entre la CNEA y la Provincia de Neuquén, que tiene la mayoría accionaria. Fue inaugurada en 1993 y su capacidad de producción era de 200 toneladas de agua pesada por año, lo que en su momento la convirtió en la más grande del mundo.

El agua pesada es uno de los insumos principales en las centrales nucleares que utilizan como combustible el uranio natural.

El principal objetivo para la puesta en marcha de la PIAP es la producción de las 485 toneladas que se necesitan para garantizar la provisión de las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse, hasta el fin de su vida útil.

La reactivación de esta planta permite preservar la gran inversión que realizó el Estado nacional en 1993, al mismo tiempo que mantiene fuentes de trabajo y crea otras nuevas de alta especialización.


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