Del remate de tierras fiscales a la obra: una estrategia municipal que se afianza en Río Negro
En los últimos años Cipolletti, Roca, Fernández Oro y Bariloche han comenzado a implementar una nueva herramienta de financiamiento: la subasta de lotes municipales. El objetivo es generar fondos para obras y servicios públicos.
Una nueva práctica gana terreno en la planificación local de varios municipios como Cipolletti, Fernández Oro y Roca. En los últimos años, el remate de tierras fiscales se ha consolidado como una alternativa concreta para financiar obras y servicios públicos. Los jefes comunales la defienden como una manera de dar uso productivo a tierras ociosas y financiar obras claves.
El mecanismo consiste en rematar parcelas que pertenecen al Estado municipal a través de convenios con los Colegios de Martilleros y Corredores Públicos, en estos casos de la II y IV Circunscripción Judicial de Río Negro. Estas instituciones se encargan de tasar los inmuebles, realizar los informes de valorización y llevar adelante las subastas.
En diálogo con Diario RÍO NEGRO, el intendente de Cipolletti, Rodrigo Buteler justificó este mecanismo como una manera de mantener la «transparencia del proceso» y aclaró: “No queremos que haya suspicacias y que la gente piense que vendemos a un amigo, a un tío o a un primo. Por lo que decidimos sentarnos con el Colegio de Martilleros y le dimos a ellos la responsabilidad de tasar los bienes y de subastarlos. El municipio lo único que hizo fue ponerlos a disposición”.
Remates en el Alto Valle de Río Negro
Buteler explicó que durante años los loteos fiscales permanecían ociosos, sin uso definido, y se convertían en focos de inseguridad y microbasurales dentro de los barrios. Frente a esta situación, el municipio decidió avanzar con dos remates en los que se subastaron 19 lotes, logrando una recaudación superior a los 1.200 millones de pesos. «Los fondos serán destinados a obras de infraestructura para la ciudad», detalló Buteler.
En Fernández Oro, la estrategia tuvo como objetivo reforzar el equipamiento municipal. Se subastaron 39 parcelas fiscales, lo que permitió recaudar más de 600 millones de pesos para adquirir maquinaria pesada y vehículos: una motoniveladora, camiones volcadores, unidades para riego y recolección de residuos, un vibro compactador y una hidrogrúa destinada al recambio de luminarias.
Ambos municipios apelaron a la subdivisión de parcelas con el objetivo de disminuir su precio. En este sentido, el intendente de Fernández Oro, Gustavo Amati, explicó que los lotes de parcelas grandes implican un «alto valor mercado» y es «más difícil de que puedan venderse».

Otro antecedente se registró en General Roca, donde en agosto de 2024 se subastaron cinco terrenos fiscales, generando ingresos por más de 146 millones de pesos. Según destacaron desde el Ejecutivo local, la iniciativa permitió «generar ingresos para obras de infraestructura» y, al mismo tiempo, «reducir los costos fijos de mantenimiento municipal».
Desde el Municipio aclararon además que estos lotes no fueron destinados a planes sociales de vivienda, ya que «se ubican en zonas residenciales, tanto en barrios privados como abiertos, y por su alto valor de mercado no resultan aplicables a loteos sociales u otros planes habitacionales».
Antecedentes en la Cordillera: Bariloche subastó cinco lotes fiscales en 2021
Las localidades del Alto Valle no fueron pioneras en implementar esta estrategia en la provincia. En 2021, Bariloche dio el primer paso al subastar cinco lotes fiscales ubicados en el barrio Parque Lago Moreno, con el objetivo de financiar obras en la zona oeste de la ciudad. La iniciativa permitió recaudar 57 millones de pesos. El entonces secretario de Hacienda, Diego Quintana, recordó que la propuesta surgió en plena pandemia, cuando el Ejecutivo municipal definió “una batería de acciones” para generar ingresos ante la caída de la recaudación.
A diferencia de los intendentes del Alto Valle, que optaron por fijar precios accesibles para facilitar la venta de un mayor número de lotes, en Bariloche la subasta se realizó con valores altos, alineados al precio de mercado. “La idea fue evitar un precio de oportunidad”, explicó en su momento el extitular de Hacienda. “En el desarrollo de la subasta, observamos gente interesada para vivir, no para invertir. Si el valor hubiera sido 20 mil dólares tentás a la gente de afuera, pero la idea era desestimar a eventuales oportunistas”, señaló Quintana.
Comentarios