Jueces en Lago Escondido: Los Huemules se sintieron impunes hasta último momento

Volcaron en el chat de Telegram un pacto para urdir una mentira difícil de esconder.

En las conversaciones en los sistemas de mensajería instantánea que jueces, empresarios y funcionarios de la ciudad de Buenos Aires armaron para aunar una estrategia común frente a la información sobre un viaje conjunto a la estancia Lago Escondido, se llaman a ellos mismos “huemules”.

Este ciervo que vive en la zona más austral de la Cordillera de los Andes está en peligro de extinción.

A esta altura de las filtraciones y de los hackeos (y la muy probable intervención de algún servicio de inteligencia), Los Huemules ya no se sentirán seguros con Whatsapp o Telegram, pero de algún modo parecen haberse puesto de acuerdo en que el vocero sea el más político y lógicamente expuesto de todos ellos, Marcelo D’Alessandro.

El ministro de Seguridad del alcalde Horacio Rodríguez Larreta denunció espionaje ilegal por el hackeo pero inmediatamente dijo que se trata de mensajes falsos. Todo una contradicción.


Los Huemules hablan con liviandad de asuntos graves, mientras sopesan la posibilidad de fraguar la fecha de facturas para justificar un gasto que evidentemente no hicieron ellos y se unen en la mentira para cubrirse. Pactan la eliminación de las fotos que se sacaron juntos y el juez penal Pablo Yardarola hasta bromea: “lo borré todo y me autopercibo Antonini» Wilson.

Lago Escondido les dio cobertura en ese paraíso intangible; el problema fue afuera, en el mundo real, cuando tanta impunidad rompió la barrera que la hacía invisible.


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