Más retenciones, controles de precios y sanciones: las medidas que analiza el Gobierno para la “guerra contra la inflación

Las medidas se anunciarían mañana en una visita a la provincia de Tucumán.

El Gobierno nacional define la batería de medidas que presentará el viernes para emprender una “guerra contra la inflación”. Aunque las gestiones se desarrollan bajo un total hermetismo, en la Casa Rosada dejaron trascender que se avanzará con más retenciones, más controles de precios y la aplicación de la Ley de Abastecimiento que contempla sanciones para quienes apliquen aumentos “injustificables”.


Alberto Fernández les encomendó la tarea a los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y de Agroindustria, Julián Domínguez.

Es una tarea que también se encaró a contrarreloj, porque el Presidente prometió presentar mañana el programa antiinflacionario, apenas se resuelvan las deliberaciones en el Congreso sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Por ahora, todos los detalles están sujetos a las últimas discusiones que encaren esos ministros, incluso, con los referentes de los sectores que resultarán afectados por las medidas. Pero fuentes oficiales revelaron algunos de los lineamientos principales de ese plan, con el que el presidente Fernández prometió iniciarle una ”guerra” a la tan acuciante inflación.


Según indicaron a este medio, las alternativas que se barajan tienen que ver con la puesta en marcha de cupos a las exportaciones para una variedad de productos, fundamentalmente el trigo; con subir dos puntos las retenciones a la harina y al aceite de la soja, una idea que tomó fuerza en los últimos días; con reactivar el sistema de Precios Máximos, con ampliar el programa de Precios Cuidados y con aplicar las sanciones previstas en la Ley de Abastecimiento.


Los ánimos oficiales quedaron a la vista por el conflicto que se generó con los exportadores de carne, que amenazaron con abandonar el programa de Cortes Cuidados. “Quienes no cumplan con los compromisos asumidos con las y los argentinos, no podrán continuar exportando carne», advirtió el ministro Domínguez tras recibir a los representantes del Consorcio Frigorífico ABC, quienes lideraron el intento de rebeldía.


“Tomé esta decisión en el marco del conflicto bélico que impulsó subas a nivel global en el precio de los alimentos, situación que se suma a la crisis que atraviesa nuestra ganadería por la sequía, los incendios en Corrientes y el faltante de 1 millón y medio de cabezas”, argumentó Domínguez, en alusión a la invasión militar que Rusia emprendió sobre Ucrania.


La inflación se convirtió en un fenómeno global tras las primeras olas de coronavirus y esa situación se agravó cuando se desató la guerra en Ucrania, que apuntaló el precio de los commodities en los sectores de los alimentos y de los combustibles. En la Argentina se instaló una tormenta perfecta, tal como lo demostraron los resultados de febrero: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el INDEC saltó 4,7% y acumuló un avance  interanual del 52,5 por ciento.


Pero las recetas que evalúa el Gobierno nacional no alcanzan para modificar las expectativas, por lo menos de los economistas que siguen de cerca el histórico drama de los precios en la Argentina. Uno de ellos es el ex titular del Indec, Víctor Beker, quien alertó: “Solo los necios pueden pensar que haciendo lo mismo pueden tener resultados distintos. Por lo tanto, cabe esperar que este anuncio tan rimbombante va a ser más de lo mismo y el resultado va a ser el fracaso, más allá de que puntualmente pueda haber algún efecto inmediato que aplane un poco la curva de la inflación que viene creciendo”.


Ante la consulta de este medio, el economista y director del Centro de Estudios para la Nueva Economía (CENE) remarcó que la cruzada contra el alza de precios demanda “un plan integral y vocación política para llevarlo hasta sus últimas consecuencias”. En ese sentido, dijo que son contraproducentes las tensiones en la coalición de gobierno, que quedaron expuestas por las diferencias en torno al acuerdo con el FMI.


“Cuando hay un discurso unificado, por lo menos la gente sabe en qué dirección se marcha. Pero si no, la incertidumbre se multiplica”, opinó.


En medio de las deliberaciones, el presidente Fernández recibió el miércoles al gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, quien salió a criticar la reciente suspensión de las exportaciones de harinas y aceite de soja.
“Hay que dar una señal para que la Argentina aproveche esta oportunidad que se abre en el mundo para ser un proveedor importante, otra vez, de una materia prima que se puede valorizar”, dijo el mandatario provincial tras almorzar en la Casa Rosada. Perotti reconoció que durante la reunión se analizó el tema de los precios y las eventuales acciones sobre las retenciones. “

Se están buscando recursos para generar un precio estabilizador, o como queramos llamarlo, al valor del trigo”, señaló el mandatario santafesino en referencia a la gestión que encaró el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, para constituir un fideicomiso cuyo objetivo sea volcar al mercado doméstico 800 mil toneladas de ese producto. “No veo la inconveniencia de tener un gravamen sobre el agregado de valor. Todo lo contrario, tenemos que apostar a que eso ocurra. Y tener también la posibilidad cierta desde el mismo gobierno nacional de generar, lo que a nuestro entender tendría que ser el mayor programa de estímulo para la siembra de trigo. Argentina va a ser uno de los países mirados para generar la exportación del trigo que va a necesitar principalmente Europa”, completó Perotti.


El arsenal del Gobierno nacional para iniciar la lucha contra la inflación se conocerá el viernes, al parecer, durante la visita que el presidente Fernández realizará a la provincia de Tucumán.

Leandro Boyer

Buenos Aires


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