¿Por qué la tartamudez de Francisco Benítez, el ganador de La Voz, no le afecta al cantar?

El ganador del reality de "La Voz Argentina" padece ese trastorno desde niño. Las explicaciones son científicas desde distintos aspectos. ¿Qué nos pasa a nosotros con Francisco?

“Sufro tartamudez desde los seis años y lo que me salvó fue cantar”, contó Francisco Benítez en una de sus primeras presentaciones frente al jurado de La Voz, el certamen que ganó ayer tras imponerse en la gran final por más del 44% de los votos. «Fran» se ganó el corazón del público desde un primer momento y tuvo una participación brillante durante todo el reality por la calidez de su voz, correcta dicción y afinación perfecta. ¿Qué es la tartamudez y por que nos sorprende que no le afecte al cantar?

La tartamudez no es una discapacidad sino que es un trastorno del habla que puede tratarse e incluso curarse. En el caso de Francisco, el origen lo ubica en la infancia. Ya desde chico empezó a trabajar para poder mejorar su fluidez al hablar y para eso se trató con la pediatra Marcela Devalis.

Consideró que «si bien hay una explicación científica al por qué una persona con tartamudez puede cantar sin problemas, lo de Francisco también vale como «milagro”. Contó que el joven iba a las consultas con su mamá para que ella hable por él. Desde entonces ella empezó a estudiar su patología a través de su condición respiratoria.

Esto se debe a que la actividad cerebral de una persona tartamuda es diferente con repeticiones o bloqueos al momento de comunicarse, pero no de cantar. En el “área de Broca”, ubicada en el hemisferio izquierdo, las personas con tartamudez tienen una menor actividad. Allí es en donde se envían los estímulos a los órganos del aparato fonatorio y de las conductas verbales.

Por otro lado, el hemisferio derecho del cerebro muestra una hiperactividad que funciona como compensación de lo que ocurre en el lado izquierdo y es el que se activa al momento de cantar.

¿Qué ocurre cuando termina de cantar? “Cuando termina el momento en que Francisco canta y se expone a las preguntas del jurado, ahí aparece la tartamudez, porque ahí inciden factores ambientales como la incertidumbre y el estrés”, analizó la licenciada en Psicología de la Universidad Favaloro, Agustina Pascali (MN n° 68460).   

Además, subrayó la importancia de entender que “en cada persona juega diferente”, y reflexionando puntualmente sobre el cantante de La Voz Argentina, añadió: “Intentaba ponerme en sus zapatos cuando le hacían preguntas y seguramente había una parte de su mente que estaba pensando en cómo estaba respondiendo. En cambio, el canto es una actividad que domina y le genera placer, lo cual alimenta la conexión con el momento presente y eso hace que esté menos en los pensamientos que le generan ansiedad. Cuanto más esté uno centrado en las experiencias sensoriales y en las sensaciones, menos espacio dejaremos para los juicios de valor, y la tartamudez está estrechamente ligada a los juicios de valor que hacen las personas que tartamudean sobre la calidad de su habla”.

El caso de Francisco Benítez no es aislado entre los cantantes y hay grandes artistas que también padecen o padecieron tartamudez. Entre ellos están: Elvis Presley, B.B. King, Marc Anthony, Noel Gallagher y Ed Sheeran.

El intérprete de “Perfect” contó que sus problemas comenzaron cuando le quitaron una marca de nacimiento que tenía en la cara. Para hacerlo lo sometieron a una intervención con láser, pero se olvidaron de ponerle anestecia y desde entonces, vino su inconveniente. Ed Sheeran contó que su terapia fue escuchar a Eminem para imitar melódicamente su rapeo al momento de hablar.


¿Qué nos pasa a nosotros con Francisco?


Ayer, tras el triunfo de Francisco, se armó cierta polémica en Twitter al respecto de si mereció el primer puesto por su talento o por su historia de vida. En ese contexto, bien vale la pregunta de qué nos genera su particularidad.

La escritora Cintia Fritz, autora de “La Aventura diferente”, habla sobre discapacidad, es mamá de Lautaro y en Twitter es conocida como @cintiafriz. Para ella, «poner la luz sobre algo no tan común, no tan hegemónico y decididamente no tan esperado es para celebrar. ¿Le estamos dando entidad y protagonismo a algo diferente?».

«Pudimos aprender algo sobre las características particulares de Francisco y también quisiera que lo que aprendimos sobre él quede en nosotros«, agregó.

«¿Será una oportunidad para que alguien con alguna característica diversa deje de tener apariciones ocasionales en la vida mediática, dejemos de poner el punto en su particularidad y podamos tomarlo como una característica más? Una característica que no haga que definamos a Francisco como aquel que rompió con todos los paradigmas», cuestionó.

Por último, planteó que su expectativa es que «el hecho de que Francisco tenga tartamudez y cante no deba sorprendernos. Eso es aprender a dejar de lado la idea de la inclusión (entendido como ese  esfuerzo de alguien por incluirte) y comenzar a pensar en convivencia»


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