Preocupante: se derrumbó el stock ganadero regional en 48.000 cabezas

La información fue dada a conocer por el Senasa con la estadística del cierre productivo del año pasado. Cinco han sido las variables que influenciaron en esta caída. La faena regional, por su parte, continúa creciendo a tasas importantes.

Los buenos precios registrados en el mercado fueron clave en la caída del stock.

Durante toda la última década el sistema ganadero mostró un vigoroso crecimiento en la mayor parte de la región del norte de la Patagonia. Sin embrago, el año pasado la actividad tuvo un punto de inflexión.

Un reciente informe elaborado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de la Nación (Senasa) detalla que el stock ganadero durante el 2020, sumadas las Provincias de Río Negro y Neuquén, se desplomó 5% en términos interanuales. En valores absolutos, esta cifra significa que se perdieron cerca de 48.000 vacunos respecto de la cantidad total de hacienda consolidada en 2019.

La estadística oficial remarca que el stock ganadero en Río Negro durante el año pasado se ubicó en poco más de 672.700 cabezas reflejando una caída del 4% con relación a 2019. En términos nominales se perdieron 28.700 cabezas en solo 12 meses.


Esta misma tendencia se observa en Neuquén. La Provincia presentó un stock cercano a los 211.450 cabezas, un 5% menor que en 2019. Relación que muestra una merma de cabezas en términos interanuales de poco más de 19.000 animales.


Cinco son las causas -entre otras posibles- que argumentan este punto de inflexión registrado el año pasado en el sistema ganadero regional.

-Vacas con destino al norte de la barrera. Con la apertura del mercado chino para la oferta exportable argentina, mucha de la vaca improductiva de la región fue hacia los frigoríficos del norte (La Pampa, San Luis y Buenos Aires, entre otros destinos) que demandaban este producto pagando valores por encima de la media histórica registrada para esa categoría. A esto hay que sumarle el proceso de subfacturación que se comprobó -especialmente con las ventas hacia este mercado- que permitió tomar ganancias extraordinarias a ciertos frigoríficos pudiendo así elevar el precio a pagar por la vaca. “Sacarse de encima las vacas improductivas es una buena señal siempre que se renueve con animales productivos. Los ganaderos de la región están trabajando en este recambio”, señaló Norberto Tabaré Bassi secretario de Ganadería de Río Negro en dialogo con este medio. 

El sistema ganadero de la Provincia está muy sólido pese a esta baja coyuntural en el stock que muestran las estadísticas. La curva de crecimiento en este último tiempo así lo demuestra”

Norberto Tabaré Bassi, secretario de Ganadería de Río Negro.

-Mayor faena local. Cuando se analizan las estadísticas elaboradas por el Senasa se observa un dato clave: durante el año pasado cae el stock regional, pero se mantiene la faena con una tendencia creciente. Tal como se observa en el gráfico adjunto, en 2020 ingresaron a los frigoríficos de la región 295.000 vacunos, reflejando esta cifra una suba interanual del orden del 6%. En términos nominales este incremento porcentual es equivalente a poco más 16.270 animales adicionales. Al no haber restricciones para faenar en nuestra región (ni en kilaje ni en liquidación de hembras) muchos fueron los productores que aprovecharon los buenos precios que existían en el mercado para vender su hacienda y hacerse de liquidez. De esta manera, en esta última década se mantuvo la tendencia creciente de esta variable. La estadística refleja el positivo desarrollo del sector: en 2011 los frigoríficos de la región faenaron 92.300 cabezas contra los 295.000 registrados durante 2020, mostrando un salto del orden del 220% entre ambas puntas.


-Problemas de productividad. Este punto por lo general incide en forma más o menos agresiva todos los años en la actividad. Si bien no hay estadísticas públicas o privadas que contemplen estas variables, es sabido en el sistema que son indicadores clave para definir el desarrollo del sector (indicador de preñez, parición, destete e indicador que define la producción en kilos por hectárea, entre otros). Con las condiciones agroambientales registradas el año pasado, no se descarta que este tipo de variables no haya influido en los números de stocks manejados en ambas Provincias.

-Más envíos de hacienda al sur de la Patagonia. Los datos suministrados por el Senasa dan cuenta también de que tanto la invernada como la cantidad de animales para faena que salen de los campos de Río Negro y Neuquén hacia Chubut y Santa Cruz aceleraron su tasa de crecimiento, producto de la demanda de carne que existe en esta zona marginal de producción y los buenos precios logrados por la venta de hacienda en pie en estas plazas.

-Corrección estadística. Fuentes del organismo sanitario nacional, que realiza anualmente los informes sobre la evolución del sistema ganadero, destacan que este año se hicieron algunas correcciones en la base de datos sobre la que trabajan por lo que no hay que descartar que parte de esta caída en los stocks se deba a este ajuste que se utiliza para analizar las estadísticas.

Datos clave

295.000
fue la faena total de bovinos que registraron Río Negro y Neuquén durante todo el año pasado.
220%
fue el crecimiento que registró la faena en la región durante la última década.

Las exportaciones sufrieron una fuerte retracción


Las colocaciones externas de carnes bovinas del norte de la Patagonia alcanzaron, durante todo el año pasado, las 523,4 toneladas. Esta cifra representa una caída interanual del orden del 53% teniendo en cuenta que las colocaciones en 2019 habían alcanzado por más de 1.135,7 toneladas.

Las tendencias regionales, en este destino final del producto, van a contramano con lo que ocurrió a nivel nacional.

En 2020 las exportaciones argentinas de carne vacuna alcanzaron un récord histórico, al totalizar 616.200 toneladas peso producto. Este volumen resultó 8,6% superior al máximo que se había registrado en 2019. Durante el año pasado las ventas externas crecieron en cerca de 50.000 toneladas adicionales. China, siempre hablando a nivel nacional, se consolidó como el principal cliente, al haber comprado tres de cada cuatro toneladas de carne vacuna exportadas por la industria frigorífica argentina. Además, las ventas al gigante asiático explicaron casi 70% del crecimiento del volumen exportado en el último año. Medidas en toneladas res con hueso, equivalieron a 900.700 toneladas, ubicándose 6,5% por encima del máximo verificado en 2019.

Las exportaciones a nivel nacional crecieron, a contramano de lo que ocurrió en la región.

Volviendo a la región del norte de la Patagonia, las estadísticas elaboradas por el Senasa dan cuenta que las mermas de volumen se registraron en todos los destinos.

Para la oferta exportable regional, China fue el principal mercado hacia donde se orientaron nuestras carnes. Los datos oficiales señalan que durante 2020 se colocaron 315 toneladas (toda congelada sin hueso), volumen que representa el 40% del total de las exportaciones de la zona. El segundo destino de importancia fue Alemania que importó 78 toneladas (carne enfriada sin hueso). En tercer término, se ubica Italia hacia donde se orientaron 41 toneladas de carne durante el año pasado.

Según distintos analistas consultados la fuerte caída de la exportación se debe, entre otros puntos, a la falta de novillos gordos que son los que se destinan al comercio externo.  Los buenos precios que registró la hacienda para consumo interno generó un desvío de comercio que termino por afectar el abastecimiento del frigorífico que realiza exportaciones en la región. Los datos suministrados por el Senasa dan cuenta que durante el año pasado ingresaron para faena de exportación poco más de 12.790 cabezas un número por debajo de las 15.230 cabezas consolidadas en 2019.

Con las nuevas restricciones a las exportaciones de carne impuestas por el Gobierno Nacional hace unas semanas, la situación del comercio externo de carnes del norte de la Patagonia se verá seriamente afectada ya que su principal cliente es el mercado chino. En 2019 ese destino importó de esta zona libre de aftosa 823 toneladas de carne, el año pasado las ventas cayeron a 315 toneladas, y no se descarta que al cierre de 2021 ese volumen continúe mostrando una tendencia decreciente consecuencia de las restricciones mencionadas.


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