Prisión preventiva por el asesinato de un kinesiólogo en San Luis
Recayó sobre un mecánico y es el tercer detenido por el crimen ocurrido en setiembre de 2004
SAN LUIS (Télam).- Un mecánico fue procesado con prisión preventiva acusado de ser el coautor del homicidio del kinesiólogo cordobés Walter Darío Gramaglia, ocurrido en setiembre del 2004, mientras que la Justicia ordenó la libertad por falta de méritos de un bioquímico que se hallaba preso por el hecho.
La jueza de instrucción 3 de San Luis, Carina Gregoraschuck, procesó y decidió mantener en prisión al mecánico Pedro Alberto Soria, quien se suma a otros dos detenidos en el marco de la causa, identificados como Carlos Alberto Figueroa y Daniel «El uruguayo» Martínez. Además, el magistrado ordenó la excarcelación del bioquímico Gerardo Martín Baudo, quien de todas formas quedará ligado a la causa.
El abogado de la familia Gramaglia, José Luis Dopazo, dijo que esperaba esta decisión de la jueza «tras haber conocido ayer (por el miércoles) los resultados de estudios de ADN que se extrajo de la saliva de Soria y que coincidió en un 99,9% con el material genético hallado en la cinta de embalar» con la que asfixiaron a la víctima, según informó.
Esta prueba comparativa, que se suma al entrecruzamiento de llamadas telefónicas y a las huellas halladas en las colillas de cigarrillos que se encontraron cerca del vertedero del dique La Florida, donde fue encontrado el cadáver del kinesiólogo, y en la carpa de un camión con la que cubrieron su cuerpo, «confirman que Soria estuvo presente en la escena del homicidio», dijo la fuente.
«En la cinta con la que los asesinos cubrieron la cara de Gramaglia cuando aún estaba con vida y que según se comprobó, fue la que le provocó la muerte, se encontraron restos de sudoración de manos y la pericia de ADN probó que pertenecen a Soria y a Figueroa», dijo el defensor de Baudo, hoy excarcelado.
Darío Gramaglia, estuvo desaparecido varios días y luego de una intensa búsqueda, apareció asesinado el 23 de setiembre de 2004 en aguas del dique La Florida, donde había sido arrojado, amordazado y su cara envuelta con cinta de embalar. Su cabeza estaba cubierta con una bolsa de nylon y el cuerpo se encontraba atado a una viga de hormigón, por lo que los peritos determinaron que murió por asfixia.
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