Puntos críticos que deberá enfrentar la gestión de Arabela Carreras

Todo cambió muy rápido. Hasta hace unos meses, la electa gobernadora, Arabela Carreras, se mantenía optimista con la provincia que heredará el próximo 10 de diciembre. “No me preocupa la situación de Río Negro”, confesaba ante una consulta realizada por los periodistas, a principios del mes pasado. Los números rionegrinos comenzaban a reflejar, en ese entonces, un importante desequilibrio presupuestario y las condiciones macroeconómicas del país no daban garantías de que la tranquilidad podía sostenerse por mucho tiempo.

En las últimas semanas, el escenario cambio drásticamente y la tormenta se avecinó sobre lo que se pensaba podía ser una transición ordenada. Hoy Arabela Carreras comienza a involucrarse en la gestión del saliente Alberto Weretilneck buscando, de esta manera, intervenir en algunas decisiones para tratar de minimizar los costos que arrastrará la herencia recibida.

Cuatro son los frentes que hoy tiene abiertos -que son los que más le preocupan- sobre los que trabajará en conjunto con la gestión Weretilneck en los pocos más de tres meses que le quedan antes de asumir formalmente su cargo.

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– Déficit fiscal. Los datos oficiales del ministerio de Economía de la provincia señalan que la provincia profundizó sus desequilibrios presupuestarios. Durante el primer semestre del año en curso el déficit financiero ascendió a los 983 millones de pesos. En este mismo período de 2018 la provincia había alcanzado un superávit de 979 millones. Esto se dio fundamentalmente por la fuerte aceleración que registraron los gastos respecto de los ingresos.

– Menos recursos. Distintos estudios económicos proyectaban a principio de año que las transferencias que llegarían de Nación iban a caer este año en términos reales. La crisis económica tras las PASO no hizo más que profundizar esta caída. Por lo que lo peor, todavía está por venir. En este primer semestre del año, los ingresos propios y los que llegan a través del gobierno nacional crecieron a una tasa promedio del 45%; es decir, unos diez puntos por debajo del índice de inflación de este mismo período. Con el recorte de la coparticipación y regalías que tendrá Río Negro a partir de las medidas de ajuste tomadas por la Nación la semana pasada, esta brecha con seguridad se ampliará aún más. 

– Deuda pública. Los pasivos que presenta la provincia al cierre del mes pasado alcanzan los 26.600 millones de pesos. Una parte importante de esta cifra -en forma extraoficial se calcula cerca del 80%- está tomada en dólares. Por lo tanto, los últimos saltos que sufrió la divisa impactan de lleno en los compromisos presupuestarios, incrementándose la partida de intereses y capital en más del 25%. Hay que recordar por otra parte que, entre fines de noviembre y diciembre, la provincia deberá afrontar pagos por unos 55 millones de dólares: alrededor de 44 millones por Letras del Tesoro emitidas en julio y algo más de 11 millones de intereses del Plan Castello que vencen semestralmente.

-Frente gremial. Los sindicatos plantean -cuanto menos- una revisión, centrada en el recambio de dos conducciones centrales en la última época: UnTER y ATE. Subsiste, además, la marcada distancia con el liderazgo de UPCN, a pesar de que Juan Carlos Scalesi repite que la disputa con esa organización fue planteada por el gobernador Alberto Weretilneck y confía en reencauzar vínculos con su sucesora Arabela Carreras. Las dudas también alcanzan a los gremios con lazos bien consolidados, pues cambian actores centrales. Nada será igual. Faltará Weretilneck -también su secretario Lucas Pica- en un extremo. En el otro no estarán -en forma directa- el titular de ATE, Rodolfo Aguiar (que será adjunto nacional) y el mando central de UnTER, integrado por Patricia Cetera y Marcelo Nervi (la renovación surgirá de una elección el 2 de octubre). Ellos fueron protagonistas determinantes del pasado reciente, marcado por el diálogo.

La mirada puesta en como revertir el fuerte déficit

Desde el ministerio de Economía de Río Negro transmiten tranquilidad.

Sin embargo, está claro que si los recursos no se recuperan la nueva administración puede estar en problemas, inclusive para abonar los salarios a partir del año que viene.

Es difícil, en este escenario, no ingresar en un círculo vicioso.

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Con una economía muy golpeada, que termina afectando la recaudación, y gastos corrientes creciendo, un mayor endeudamiento es lo único que aparece como alternativa para sortear la coyuntura. Pero hasta esta salida está complicada. Argentina hoy está fuera de los mercados voluntarios de deuda, y las tasas que se pagan para conseguir pesos en la plaza local son inviables de sostener. Un dilema de compleja resolución para quienes asumen, a partir del próximos 10 de diciembre, los destinos de la provincia.