¿Qué hicieron los investigadores en Valcheta durante el eclipse?

Entre la emoción y el trabajo científico que comenzó antes, siguió durante y continuó después.

El eclipse total de Sol hizo emocionar incluso a la gente altamente entrenada en la observación del cielo. Elian Wolfram, doctor en física y director de Redes de Observación del Servicio Meteorológico Nacional, lo pudo seguir desde un laboratorio móvil instalado en Valcheta, pero confesó que el eclipse total de Sol lo emocionó. “Fue impresionante ver cómo se hizo de noche durante el día. En ese momento, la conexión con la naturaleza es indescriptible. Como científico sé lo que pasa y lo puedo explicar, pero ver por primera vez la fase de totalidad de un eclipse solar por dos minutos durante el día fue muy emotivo”, dijo Wolfram al ser entrevistado por RIO NEGRO.

Además, Wolfram contó cómo fue la preparación para realizar experimentos para el primer estudio profundo de un eclipse total de Sol durante el día en Patagonia Norte. No estuvo libre de tensión. “Nos instalamos antes con el laboratorio móvil del Servicio Meteorológico Nacional y ajustamos el domingo todo el instrumental. Pero fue difícil manejar la situación por el viento intenso. Uno sabe que en Patagonia hay mucho viento, pero estar en el lugar es otra experiencia. Los experimentos con drones no se pudieron realizar. Y también nos generó incertidumbre la probabilidad de que estuviera nublado en el momento de la fase de totalidad del eclipse. Pasaba gente cerca nuestro a preguntar el pronóstico por la mañana”, comentó.

El móvil del Servicio Meteorológico Nacional realizó algunos de los 11 experimentos que organizó con un equipo multidisciplinario de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de La Plata y el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF). Estuvieron ubicados en el Campo de Doma, a escasos metros del radio urbano de Valcheta, a la vera de la ruta 23.

“Cuando avanzó la fase de totalidad del eclipse, el viento paró un poco. Hubo más calma y bajó la temperatura”, agregó Wolfram. Durante esa fase, se observó cómo la Luna cubrió al Sol y por eso, se oscureció el cielo. Dejó solo visible la tenue atmósfera solar o corona. Todos los instrumentos que llevaron los científicos a la zona estuvieron al servicio del estudio que contribuirá con nuevo conocimiento científico y que podría tener aplicaciones incluso impensables hoy.

Uno de los globos utilizados en las investigaciones que se realizaron en Valcheta. Foto: Juan Thomes.

“Medimos presión, humedad, temperatura, dirección y velocidad del viento. Usamos un radiómetro para medir la radiación solar que llega a la superficie de la Tierra en diferentes longitudes de ondas. También medimos campo eléctrico, y lanzamos 3 veces globos meteorológicos. Uno de los globos fue lanzado el domingo. Otro fue el lunes por la mañana, y el tercero fue lanzado 10 minutos antes de la totalidad”, informó.

Los datos que resulten de las mediciones servirán para estudiar el efecto del eclipse sobre la atmósfera. “Es un estudio del efecto que produce el ensombrecimiento del Sol sobre la atmósfera. En principio, tendremos nuevos conocimientos científicos. Pero sabemos que tarde o temprano puede ser utilizado de diferentes maneras”, señaló el doctor en física. “Por ejemplo, el experimento que se hizo con cintas de sombras permite evaluar mejor las turbulencias de la atmósfera. Esto ayudará a mejorar el efecto que produce la atmósfera sobre la eficiencia de los grandes telescopios ya instalados en todo el mundo”.

Más allá de los experimentos, el científico Wolfram dijo que el eclipse había tenido algo especial, porque incluyó la posibilidad de estar en contacto con la comunidad en general en la Patagonia, que hizo turismo astronómico. “La gente grita al ver cuando el día se vuelve noche. Es un fenómeno natural, pero nos llega mucho, y nos captura a todos”. Después del eclipse, los científicos se quedaron solos. Siguieron con las mediciones y sus instrumentos. “Necesitamos más datos para comparar la atmósfera después de que se produjo este fascinante eclipse”.

Foto: Juan Thomes

Wolfram no descansa. Al volver a Buenos Aires, tendrán que ponerse a analizar los datos, pero sabe que cumple su sueño de adolescente. Nació en Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires. Siempre le gustó la astronomía, porque “da la posibilidad de conectarse con la inmensidad del cielo”. Estudió física en la Universidad Nacional de La Plata, y se ha dedicado a física de la atmósfera. “Me gusta ser físico de campo y hacer experimentos”.


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