“Reconocí a Soza por la foto del diario”

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NEUQUÉN (AN).- En un desgarrador testimonio, el sobreviviente a las torturas en la delegación neuquina de la policía Federal, Félix Oga, sostuvo que el subcomisario Jorge Soza fue quien lo vendó en la delegación antes de que comenzaran los golpes, la picana y otros tormentos.

Oga se presentó hace aproximadamente un año en la fiscalía para denunciar su caso, que ocurrió en marzo de 1976 cuando tenía 21 años y estudiaba ingeniería en la Universidad Nacional del Comahue, “en un edificio enfrente” a la delegación federal donde sufrió tormentos tras su secuestro en la casa paterna, en Catriel.

Explicó que nunca se presentó ante la Justicia por el miedo que le quedó luego de un año y medio de cárcel y torturas, el imperio de las leyes de impunidad y la idea de preservar de represalias a sus hijos y a los hijos de sus amigos.

Agregó que el avance de los juicios por delitos de lesa humanidad lo animó a hacer la denuncia; y especificó que la foto de Soza en los diarios le devolvió la imagen del rostro que vio en la delegación de la policía Federal cuando lo tabicaron para picanearlo.

Soza es uno de los cinco acusados de este juicio por los crímenes cometidos durante la dictadura, y el testimonio de Oga (cuyo caso no ingresó en este juicio) es uno de los pocos que lo identificó en forma directa, aunque otras víctimas reconocieron su presencia por indicios y vistas parciales de lo que alcanzaron ver por debajo de la venda.

El subcomisario extraditado de España está acusado por 19 detenidos – desaparecidos que fueron torturados mientras estuvo como segundo de la delegación neuquina. Llegó a esa situación procesal porque la querella del Ceprodh revirtió en Casación la postura de la Cámara de Roca, que había establecido que por ser segundo jefe no necesariamente era responsable de todos los hechos sino sólo del que lo señalaba.

El Ceprodh logró que se confirmara su procesamiento por todas las denuncias por las que el juzgado pidió su extradición, por entender que siendo el segundo al mando en la delegación, era imposible que no participara o conociera de las torturas que se practicaron en el lugar.

“Yo fui torturado y tienen que pagar ese hecho; me quebraron la vida, estudiaba ingeniería y me cagaron la vida, no es menor. Esa persona es responsable, le vi su cara por un segundo, lo suficiente para decir que él era responsable”, sostuvo Oga en rueda de prensa al término de la audiencia.

Dijo que lo reconoció en los diarios y luego debió cumplir un reconocimiento judicial que confirmó esa impresión. Destacó que en la sala ayer se encontraba Francisco Tropeano, un hombre que estaba detenido en la U9, que vio las llagas de su tortura cuando lo devolvieron a la cárcel después de la sesión en la Federal.

Añadió que Tropeano también reconoció como su torturador a Santiago Cruciani el día en que salió su foto publicada en “Río Negro” en el año 2000, convocado por la Cámara Federal de Bahía Blanca.

Oga describió que el Ejército y la policía lo fueron a buscar a la casa de sus padres en Catriel y lo llevaron a la U9, paseándolo antes por las comisarías de Cinco Saltos y Cipolletti. De la cárcel “me sacaron para torturarme” en la delegación Federal, donde “me pidieron que me ponga de cara contra la pared, con esposas; lo miro y me dice que ‘de vuelta la cara’ y me ponen una capucha, con cintas de plástico con algodones en las sienes y ahí empecé a sentir la corriente, los golpes de adelante y de atrás con gomas”, describió.

Cuando lo regresaron a la U9 “Tropeano se espantó de cómo me habían tratado”.

“Hoy cumplí con las madres, porque en esa cabellera blanca también estaba mi madre, la que me siguió por todas las cárceles; hubiera sido como ella”, dijo Oga en referencia a Noemí Labrune con quien se abrazó al terminar su testimonio.

juicio “la escuelita iii”