La familia de Gerardo Rozín publicó una carta que había dejado el periodista antes de morir

El texto fue publicado en Instagram. "Me voy contento", sostuvo en el escrito el periodista y conductor televisivo.

Carmela Bárbaro y Mariana Basualdo, las exparejas de Gerard Rozín, conmovieron a todos, a un año de la muerte del periodista.

Ambas publicaron una extensa carta que había escrito el conductor antes de morir. En ella Rozín habla de sus sentimientos, reflexiona sobre la vida y agradece por los grandes momentos junto a sus seres más queridos.

«Paso a decir que me voy contento«, señaló Rozin en el inicio de la carta y le dedicó sentidas palabras a sus hijos.

«Estoy sonriendo. Lloré siempre, pero frente a lo inevitable, lo que llegará en poco tiempo, no me siento con derecho a la queja», agregó en el texto.

«Amé de verdad a las parejas que tuve- continuó- Y tuve el don de hacer reír mucho a mis amigos. No soy creyente, no me llevo nada, pero les dejo las carcajadas que les arranqué»

«Si alguien me extraña en cualquier canción rosarina o uruguaya, en el saxo de Charles Lloyd , en Bowie o en la fe que canta Montaner me van a encontrar. Siempre», añadió en el texto.

Gerardo Rozín: la carta que dejó antes de morir


«Paso a decir que me voy contento. Que tengo una hija de diez y un hijo de veinte, y me estoy por morir sabiendo que les dejo la seguridad de que fueron amados. Muy amados. Tienen valores para abrazar y para discutir, pero no arrancan sin ideas. Es un montón . Hemos sido gente de reir mucho, disfrutamos de la ironía y no del sarcasmo. Nos quedaron muchas gracias por hacer juntos, pero se sabe que estas despedidas dejan espacios vacíos.
Estoy sonriendo. Lloré siempre, pero frente a lo inevitable, lo que llegará en poco tiempo, no me siento con derecho a la queja.
No es que no reconozca mis defectos sino que errores comete todo el mundo y siento de estuve más en el equipo de los buenos que en el los otros. Tengo algunos orgullos: en la televisión comercial pude hacer ciclos vinculados a los derechos humanos sin que nadie me lo pidiera, buscando esos espacios en la nube del entretenimiento. Y creo que produje algunos momentos emocionantes y graciosos.
Amé de verdad a las parejas que tuve. Y tuve el don de hacer reír mucho a mis amigos. No soy creyente, no me llevo nada, pero les dejo las carcajadas que les arranqué. Soy una de las personas que más los ha hecho reir. Es otro de mis grandes orgullos.
Puedo agregar algunos chistes al respecto pero ciertamente no estoy de humor. Perderlas y perderlos me duele tanto como saben.
Si alguien me extraña en cualquier canción rosarina o uruguaya, en el saxo de Charles Lloyd , en Bowie o en la fe que canta Montaner me van a encontrar. Siempre.
Crecí en los ochenta y me siento obligado a expresar algunos principios una conducta muy en boga por aquellos años: soy judío, socialdemócrata y de central. Ah, en Qué bello es vivir siempre los estoy esperando para compartir una película juntos. Igual, si ven que no aparezco, arranquen a verla ustedes.
Poco para agregar, más por falta de tiempo que de ideas. Digamos que hemos compartido tres temporadas muy decentes y que soy feliz por irme sabiendo que las que producirán ustedes serán aún mejores
«.


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