Se celebra la Epifanía del Señor: La historia que la vincula a los Reyes Magos y su oración

Cada 6 de enero, la Iglesia Católica celebra la llegada de los Reyes Magos con la manifestación de la Epifanía del Señor, es decir el anuncio de la llegada del salvador según la religión. Conocé un poco de su historia y una oración para el día.

La Iglesia Católica celebra cada 6 de enero la Solemnidad de la Epifanía del Señor, día en que se recuerda la manifestación del Mesías esperado por todos los pueblos de la humanidad, representados en los sabios de Oriente que llegaron a Belén para adorarlos, es decir «los Reyes Magos».

El término epifanía elegido para este día tiene que ver con su vinculación a la manifestación, según el idioma griego, que significa específicamente «darse a conocer». El día de la Epifanía del Señor es tradicional que se intercambien regalos, de igual manera que en la Nochebuena o en la mañana de la Navidad.

El rol fundamental de los Reyes Magos en la Epifanía del Señor


La Iglesia Católica enseña a los ‘Reyes Magos’, también llamados ‘sabios’, quienes dejaron atrás su tierra de origen y su cultura para salir al encuentro de aquel niño del que hablaban las profecías: un rey que salvaría al mundo y que gobernaría con justicia, devolviendo la esperanza a la humanidad.

Desde la historia antigua, existe la convicción de que los Reyes Magos fueron tres y que sus nombres eran Melchor, Gaspar y Baltasar. Esta tradición goza de mucha fuerza gracias a un famoso mosaico hallado en Rávena (Italia) que data del siglo VI DC. En este aparecen grabados, con toda claridad, los tres nombres mencionados.

El relato bíblico afirma hasta la actualidad que los Magos encontraron al Mesías acostado en un humilde pesebre, a lado de María, su madre, y de San José, su padre adoptivo. Entonces, los sabios se hincaron frente al recién nacido y presentaron sus regalos: oro, por su realeza; incienso, por su divinidad; y mirra, por su humanidad.

Una oración para el día de la Epifanía del Señor


Señor nuestro Dios, 
te damos gracias porque has venido a esta tierra.
Permite que se encienda una luz una y otra vez
entre aquellos que escuchen tu evangelio,
también entre los de corazón sincero, sean cristianos o no.

Que lleguen a conocer tu luz y reciban salvación en Jesucristo.
Que tu luz nos alumbre y te manifiestes a nosotros con mayor claridad.
Acuérdate de todos los que te invocan, acuérdate de tu pueblo.
Que tu pueblo se reúna y se convierta en una luz en tu nombre,
sirviéndote dondequiera que vaya.

Amén.


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