Síndrome de Simón: ¿Cuáles son las señales para detectarlo?

El síndrome de Simón afecta especialmente a hombres jóvenes adultos e incluye dificultades para comprometerse y asumir responsabilidades, lo que impide establecer relaciones afectivas duraderas. Te contamos cuáles son las señales para detectarlo.

El síndrome de Simón es un concepto acuñado por el psiquiatra español Enrique Rojas, quien busca explicar la falta de compromiso en los vínculos afectivos. En los últimos tiempos y con este contexto global se priorizan la individualidad y el logro material, lo que genera cada vez más dificultades para generar relaciones afectivas sólidas. Conocé las señales de esta definición.


¿Qué es el síndrome de Simón?


El síndrome de Simón es una variante del conocido síndrome de Peter Pan, que describe a adultos que evitan las responsabilidades y compromisos propios de la vida adulta, manteniendo comportamientos y actitudes inmaduras en la vida. 

La palabra Simón, según el psiquiatra Enrique Rojas, funciona como un acrónimo que resume los principales rasgos de este patrón psicológico: Soltero, Inmaduro, Materialista, Obsesionado con el trabajo y Narcisista.

El síndrome de Simón afecta especialmente a hombres jóvenes adultos -en general mayores de 30 años– porque se manifiesta en una etapa donde social y culturalmente se espera una consolidación de la vida afectiva y profesional, pero muchos permanecen anclados en esquemas emocionales adolescentes. 


Señales para detectar el síndrome de Simón


Es importante destacar que el síndrome de Simón no está trabajado en manuales clínicos, por lo que no constituye un diagnóstico psiquiátrico reconocido.

Sin embargo, al tratarse de un comportamiento basado en ciertos rasgos de masculinidad establecidos socialmente, existen algunas señales para identificar el padecimiento de este síndrome:

  • Los hombres afectados por este síndrome, suelen desarrollar ciclos repetitivos de vínculos breves y poco significativos, que a largo plazo deterioran la capacidad de establecer conexiones auténticas y duraderas.
  • Preferencia por el trabajo y actitudes de excesivo consumo o gratificación inmediata. Estas actitudes suelen ir acompañadas por una desatención de los vínculos significativos, favoreciendo el distanciamiento emocional y sentimientos persistentes de soledad.
  • Además permanecen anclados en un modelo de satisfacción personal inmediata, que retrasa el acceso a formas más complejas de madurez emocional, ligadas a la empatía, el autocuidado o la capacidad de superar adversidades.

¿Es posible dejar de padecer este síndrome?


Consultado sobre si es posible salir de este patrón que dificulta la responsabilidad afectiva, el psiquiatra Enrique Rojas aseguró que sí es posible salir y señaló que quienes lo padecen no lo saben: «Cuando yo le explico a un chico de treinta y tantos años esto, dice: ‘Anda, si esto lo tengo yo’”.

“Es un defecto, una limitación, hay que explicarles que la libertad consiste en ser capaz de darse a otra persona que merece la pena para uno”, dijo. Y añadió: “El problema es que ni siquiera reconocen el problema y muchos lo niegan”.


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