Jones Huala ya tiene definido dónde vivirá cuando regrese a Argentina

Según pudo reconstruir RÍO NEGRO, se instalará en las tierras de sus abuelos, en Cushamen.

El activista mapuche argentino Facundo Jones Huala vivirá en Cushamen, en el noroeste de Chubut, una vez que se cumpla el trámite de la repatriación a la que tiene derecho, según las leyes. El líder de Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) está en libertad condicional luego de pasar siete años detenido por el incendio de una vivienda y la tenencia de armas en la zona de Valdivia. Vive ahora en una comunidad de Temuco y debe presentarse diariamente ante el organismo estatal que controla el régimen que desde la semana pasada le permite no estar entre rejas.

RÍO NEGRO pudo reconstruir, sobre la base de testimonios de allegados, cómo es la vida de Jones Huala desde que dejó la cárcel. De las averiguaciones realizadas en Chile surge además el dato de que planea instalarse en Cushamen, Chubut, una vez que la Justicia y el gobierno chilenos aprueben el trámite internacional para que cumpla en Argentina, cuya nacionalidad le corresponde, el resto de la pena, que se extenderá por los próximos dos años.

No tiene tobillera, vive en una comunidad mapuche de la zona de Temuco y viaja a la ciudad todos los días a dar fe de su voluntad de respetar las normas de la libertad condicional. Hace casi una década, cuando estaba con prisión preventiva por el delito por el que terminó condenado, quebró el régimen que le permitía al beneficio y huyó hacia Argentina, desde donde un pedido de extradición lo devolvió a Chile.

A pesar de este antecedente, la semana pasada permitieron que viviera los próximos años fuera de la cárcel.

«Cushamen es la tierra de Trinidad Huala y Sebastián Jones, los abuelos de Facundo», le respondió a este diario una persona que suele compartir la vida en libertad del referente mapuche.

Con Isabel, su madre, no tiene relación. Aduce que los separan diferencias políticas y prácticas. Desde que fue condenado, Jones Huala parece haber radicalizado su discurso (de hecho, amenazó con nuevas acciones de violencia al salir en libertad condicional) pero a la vez se ha ido diferenciando de los procedimientos que encaran las comunidades mapuches en ocupaciones territoriales, como en Villa Mascardi y en Cuesta del Ternero.

«¿Cómo les van a pegar a los turistas? Ellos no tienen nada que ver», es el pensamiento que suele reiterar cada vez que lee lo que ocurre en Villa Mascardi, donde una comunidad, Lafken Winkul Mapu, que se instaló en tierras de Parques Nacionales en 2017, fue avanzando sobre predios públicos y privados, cuyas construcciones fueron arrasadas.

Sus enemigos, suele decir, son Benetton y Lewis.

Jones Huala rechaza desde que salió en libertad los contactos con el periodismo. «A algunos personajes les gusta mucho la prensa, parecen estrellitas de rock», le dijo este fin de semana a un periodista que lo abordó para arrancarle una declaración. Le hicieron notar que él mismo se había transformado en eso cuando esperaba el juicio de extradición en la cárcel de Esquel. «Fue un error», dicen que respondió.


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